La senadora Esmeralda Hernández junto al concejal de Cali, Terry Hurtado, visitaron el Bioparque Ukumarí para dar inicio a la primera mesa de trabajo que busca analizar la situación actual de Yoko, el chimpancé que aún vive en Ukumarí y que convivía con Chita y Pancho.
Como se recordará, hace unos días las directivas del Bioparque Ukumarí, ubicado en el departamento de Risaralda, le atribuyeron a una falla humana la fuga de Pancho y Chita, dos chimpancés que salieron de su zona de hábitat y que terminaron siendo sacrificados en la población de Galicia, sobre la vía que conecta a Pereira con Cerritos.
Sandra Correa, gerente de Ukumarí, afirmó en una rueda de prensa, en su momento, que dos de los tres chimpancés que vivían en el parque salieron de sus jaulas y huyeron. Inmediatamente, cuidadores del parque, veterinarios, bomberos, uniformados de la Policía y el Ejército activaron el código rojo para encontrarlos lo más pronto posible. El desenlace fue fatal, hecho que causó tristeza en todo el país.
Ahora, muchos animalistas están pendientes del futuro de Yoko, el chimpancé que aún vive en el parque y cuya suerte no está clara. Es decir, si continuará en este lugar o será enviado a otro sitio, teniendo en cuenta que se quedó solo, sin ninguno de su especie.
Se espera que luego de las reuniones de la mesa técnica se encuentre una alternativa para que Yoko no encuentre un buen hogar.
Pronunciamiento de la Procuraduría
La Procuraduría General de la Nación, a través de la Delegada para Asuntos Ambientales, Minero Energéticos y Agrarios, ha solicitado a la Gerente del Bioparque Ukumarí, Sandra Correa, toda la información relevante sobre la muerte de dos chimpancés que aparentemente escaparon del parque y que, según denuncias de medios de comunicación, habrían sido abatidos durante un operativo de rescate.
“Desde el Bioparque Ukumarí lamentamos informar la pérdida de dos de nuestros chimpancés. Dos individuos que durante muchos años estuvieron bajo nuestro cuidado y protección, y que con sus personalidades encantaron y se ganaron el corazón de todos los visitantes”, anunció el Bioparque Ukumarí.
Asimismo, expresaron: “Reconocemos que esta pérdida causará una profunda tristeza y dolor no solo entre nuestra familia de colaboradores, sino también en las comunidades que durante estos 7 años de operación han confiado en nuestro trabajo diario para garantizar el bienestar de los animales”.
Al respecto, y en atención a los hechos confirmados por el bioparque que referencian la muerte de los ejemplares presuntamente por un error humano, el Ministerio Público solicitó a la gerente, los detalles sobre la especie y la remisión de los permisos ambientales para el albergue y aprovechamiento de los animales. Las condiciones físicas, ambientales y de seguridad en la que se encontraban los chimpancés y las razones por las cuales se produjo la fuga, también deberán ser especificadas y remitidas al ente de control.
Finalmente, las directivas de Ukumarí deberán indicar las circunstancias que rodearon el operativo de búsqueda, confirmando a la Procuraduría, el protocolo para atender este tipo de emergencias y las razones que dieron origen a su muerte, precisando, si el incidente fue reportado a la Corporación Autónoma Regional de Risaralda, CARDER.
¿Qué dijeron las directivas de Ukumarí?
La gerente de Ukumarí, Sandra Correa, afirmó en una rueda de prensa que ofreció a eso de las 9:00 de la noche el domingo 23 de julio, que dos de los tres chimpancés que vivían en el parque salieron de sus jaulas y huyeron. Inmediatamente, cuidadores del parque, veterinarios, bomberos, uniformados de la Policía y el Ejército activaron el código rojo para encontrarlos lo más pronto posible.
Pancho, el macho, que era el animal más agresivo del parque y por ello logró irse lejos de la institución, llegando hasta las cabañas de Consotá, un parque vecino de Ukumari. Por su parte, Chita, la hembra, no logró salir del parque y deambuló cerca de su jaula.
Pancho, el macho también corrió con la misma suerte. Al estar en estado de euforia, y luego de que se evacuaran las cabañas del parque Consotá, el animal fue encontrado por sus cuidadores y por el riesgo de ataque el representaba al abalanzarse contra una de las personas que participaba en la búsqueda, tuvo que ser sacrificado por miembros de la Fuerza Pública.
La gerente de Ukumarí afirmó matar a los animales fue parte del protocolo de acción, ya que lamentablemente el efecto de un dardo tranquilizante dura entre 10 minutos y media hora, lo que no impedía que el animal atacara a seres humanos.