Uno de los debates más esperados en el Congreso, sobre el punto central del acuerdo con las Farc: la creación de la Jurisdicción Especial de Paz, suscitó este miércoles duras peleas que llegaron al punto de irse a los puños.
El proyecto empezó a ser discutido desde el martes en la plenaria, pero ante la masiva presencia de impedimentos, la discusión se frenó para este miércoles, y aunque en la misma se rindió un informe de una subcomisión que pidió negar todas esas solicitudes, no se aceptó y se tuvieron que volver a tomar uno a uno.
Y desde ahí empezaron los inconvenientes, debido a que la asistencia de los senadores se fue menguando, al punto que el quórum no superaba más de los 60 senadores presentes.
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Ante esa ausencia el presidente del Senado, Mauricio Lizcano, amenazó con levantar la sesión y hacer pública la lista de quienes no llegaron. “Si no hay voluntad política que cada uno responda al país”, señaló.
Con el paso de los minutos, y la ausencia de la mayoría de los senadores de la U, del conservatismo, unos pocos liberales y de Cambio Radical, como también de la permanente entrada y salida de los congresistas del uribismo, se caldearon los ánimos.
El liberal Luis Fernando Velasco sostuvo que “no es justo que estemos sirviendo de idiotas útiles para hacer quórum y ni el propio gobierno busca mantenerlo”.
Pero curiosamente a la sesión llegaron los ministros del Interior, Juan Fernando Cristo; Defensa, Luis Carlos Villegas; de Vivienda, Elsa Noguera; y hasta el secretario general de la Presidencia de la República, Luis Guillermo Vélez, con la idea de defender la aprobación del proyecto.
La senadora Claudia López, intervino y sostuvo que la falta de asistencia se debe a que los uribistas quieren sabotear y algunos gobiernos cobrar por el voto.
“No nos debemos prestar a ese jueguito diplomático, vienen a almorzar (uribistas) por cuenta del gobierno, no los invitamos a que vengan a almorzar. Los otros chantejeando, si por puestos o por si alguna orden de captura por corruptos”, señaló.
A su turno el senador del Polo Democrático Jorge Enrique Robledo frente el tema de las ausencias sostuvo que el problema no es de las minorías, “la bancada del Polo está toda presente aquí y veo a otros partidos también". Robledo a paso seguido cuestionó al gobierno porque en temas tan importantes como la JEP no logra conformar una votación suficiente para votar el proyecto: “nosotros estamos aquí para aprobar como sea necesario el proyecto”.
Uribismo y Farc
La segunda pelea se dio cuando intervino el vocero de las FARC, Jairo Estrada, quien cuestionó al Centro Democrático por haberse salido de la sesión. De inmediato el senador uribista Carlos Felipe Mejía, a grito vivo, increpó al vocero de las Farc, porque según él otro de los miembros de voces de paz le habría amenazado. Mejía en una airada frase le dijo a Francisco Toloza, quien supuestamente le amenazó, que no le permite al otro vocero es que “nos diga a nosotros que hemos usado motosierra, respete, sinvergüenza”.
Este impase disparó nuevamente los ánimos, al punto que algunos senadores pidieron sancionar a Mejía con la prohibición de la palabra en la sesión, por falta de respeto a los demás miembros.
Benedetti retó a Lizcano
Un enfrentamiento verbal, que incluso llevó a una amenaza de irse a los golpes, lo dieron los senadores Mauricio Lizcano y Armando Benedetti, por la posibilidad de levantar la sesión, pese a que es un proyecto de vital importancia.
“La lealtad se mide con todo, usted no le ha sido leal al gobierno”, le dijo Benedetti a Lizcano, en tono fuerte, y le insistió en que “eso no se le hace a un compañero, al gobierno, al mismo Centro Democrático, esto es juego perverso”, señaló.
Lizcano sostuvo que no amenazó a nadie en particular, pero en la plenaria aseguró que Benedetti reclama solidaridad para seguir con el proyecto, pero al momento de votar se va.
Tras casi seis horas de discusión, la plenaria del Senado aún seguía evacuando impedimentos, la discusión no comienza y de manera informal se dice que la votación sólo sería hasta la otra semana.