“Negar el Acuerdo es negar la Constitución”: Roy Barreras
¿Deben revivirse las curules de paz?
Por supuesto que sí. Es justo y necesario para ocho millones de colombianos, víctimas del conflicto durante 50 años. Pero no solo porque es justo y necesario, sino porque es un mandato constitucional y es parte del Acuerdo de Paz que firmamos para poner fin a esa guerra de medio siglo.
El presidente del Senado, Lidio García, pretende revocar el archivo del proyecto de esas 16 curules, ¿es jurídicamente viable?
Lo que ha decidido el presidente del Senado es que tenemos razón, que las curules ya fueron aprobadas, y el Presidente de la República lo que debe hacer es promulgarlas.
¿Cuál es el siguiente paso?
El Consejo de Estado seguramente determinará que tenemos razón y ordenará que se promulgue. Simultáneamente, la Corte Constitucional también nos dará la razón, pero lo que parece triste es que el evidente derecho de las víctimas a defender sus derechos y su territorio tenga que ser peleado durante dos años con el Gobierno, cuando este podría enviar una señal de reconciliación, reconociendo el derecho de las víctimas. ¿Por qué no lo hace?, porque el Centro Democrático nunca reconoció el conflicto y nunca quiso reconocer a las víctimas, por tanto, para ellos, dogmáticamente, es muy difícil reconocer los derechos de las víctimas.
¿Con todos esos obstáculos, cree que esta vez sí será posible revivir ese proyecto?
No tengan la menor duda de que las víctimas tendrán sus curules y podrán ejercer su derecho, porque si el Presidente de la República se niega a promulgarlas, no solo está negando el derecho de ocho millones de colombianos que sufrieron el conflicto directamente, sino que además estaría violando la Constitución. Negar el Acuerdo de Paz es negar la Constitución.
Una de las principales críticas al proyecto es que los territorios a los que se les dará representación están apropiados por el narcotráfico y, en esa media, actores ilegales podrían influir para quedarse con esos escaños, ¿cómo evitar que esto ocurra?
Ese es un engaño y una mentira ofensiva contra las víctimas. Cualquier sector del país entendería que, si ese fuera el argumento, tampoco podría haber elecciones en ningún lugar de Colombia para elegir alcaldes, gobernadores o senadores. Muchas regiones de Colombia hoy hacen elecciones y ganan gamonales financiados por las mafias y el paramilitarismo, pero ese es un problema de la democracia colombiana.
¿Pero no es un riesgo que las víctimas hagan campaña en esos territorios tomados de nuevo por la violencia?
Es que eso parte de una base falsa. Nosotros conseguimos un Acuerdo de Paz para todos los colombianos, para hacer una democracia más incluyente y, en este caso, para que llegaran al Congreso voces auténticas de esos 16 territorios, que son las zonas más lastimadas por la violencia. En un Congreso como el de Colombia, que ha tenido durante décadas victimarios, parapolíticos, políticos financiados por las mafias, es el colmo que se ponga en duda que lleguen voces de las víctimas a defender sus derechos.
Un mensaje para los sectores del país que no están de acuerdo con que reviva este proyecto...
A muchas de esas personas las han engañado. Así como les dijeron que nosotros íbamos a entregarle el país a las Farc y que ‘Timochenko’ iba a ser presidente. Le entregamos el país fue a Iván Duque, y las Farc perdieron todas sus elecciones. Quisieron mentirles diciéndoles que si se elegían las curules de las víctimas, las elecciones las iban a ganar en sus territorios las Farc. Curiosamente, ha ocurrido lo contrario. Pongo solo un ejemplo: en San Vicente del Caguán, el corazón de las Farc, del fallido proceso del Caguán de Pastrana, no ganaron las Farc, ganó el Centro Democrático. De suerte que allí sí pudieron hacer elecciones para ganar ellos, pero le niegan el derecho a las víctimas de participar en la elección de sus curules. Eso es absolutamente injusto, pero solo quedará como una marca triste del Gobierno porque las curules van a revivir así el Gobierno no lo quiera.
“Las reglas democráticas las debemos respetar todos”
¿A su parecer, deben revivirse las curules de paz?
Por supuesto que no. Los colombianos hemos sido claros en rechazar el Acuerdo a través del plebiscito y, posteriormente, se volvió a rechazar todo lo que eso significa, con la elección del presidente Iván Duque. El Congreso de la República no aprobó esas curules y sería arbitrario para la democracia que, a través de maniobras, se terminen aprobando.
¿Qué opina del pronunciamiento del presidente del Senado, Lidio García, de dar vía libre a la promulgación del proyecto que crea las 16 curules para las víctimas?
Los partidarios del Acuerdo de Paz han optado por mecanismos antidemocráticos para imponérselo a la mayoría de los colombianos, que no estamos de acuerdo. El Centro Democrático ha sido claro en decir que las curules deben ser para las víctimas y no para los territorios donde se asientan los cultivos ilícitos y las estructuras disidentes de las Farc y el narcotráfico.
¿Cuáles son sus principales dudas con respecto al proyecto?
Primero, que están en un territorio donde hay control de los delincuentes y que, por lo tanto, se van a convertir no en curules para las víctimas sino para los victimarios. Segundo, que no favorecen a las víctimas. Nosotros hemos dicho: todas las víctimas que han sido desplazadas, que es el mayor número de víctimas del país, deben poder participar, por lo tanto, la propuesta ha sido que quienes hacen parte del Registro Único de Víctimas sean quienes puedan votar, y creemos que es muy importante que los miembros de la Fuerza Pública colombiana, soldados y policías que fueron víctimas de delitos de lesa humanidad y delitos de delitos de guerra, puedan participar tanto como electores como candidatos en estas curules.
Pero el proyecto actual contempla que solo las personas que están en el Registro Único de Víctimas puedan ser elegidas, ¿aún así persisten las dudas?
Claro, porque una cosa es que el 20 % de las víctimas tengan todas las curules y otra es que todas las víctimas de Colombia puedan elegir con una circunscripción nacional a los candidatos que consideren.
Aquí se está manteniendo el privilegio solamente para las víctimas que están en los territorios en manos de las estructuras criminales; las víctimas que fueron desplazadas, que son la mayoría de las víctimas del país, quedan excluidas en este proyecto que buscan revivir.
El Gobierno piensa radicar en el Congreso otra iniciativa respecto a estas curules y algunos sectores han catalogado esto como un engaño a las víctimas que esperaban que se les cumpliera con lo pactado...
Las víctimas no tuvieron voz en la decisión, estas son las exigencias de las Farc, que, por supuesto, lo que quieren son circunscripciones en los territorios donde tienen control para poder seguir obteniendo regaladas las curules como hoy las tienen.
Lo que nosotros quisiéramos es que las curules fueran para las verdaderas víctimas, que son los ciudadanos que viven en esas zonas y que han sido víctimas, pero sobre todo los ciudadanos que han sido desplazados y que viven en todo el territorio, que hoy quedarían sin derechos.
¿Qué expectativas tiene con respecto a ese proyecto del Gobierno?
Esperamos que tenga en cuenta a todas las víctimas, es decir, que cualquier persona que haga parte del Registro de Víctimas pueda votar. Segundo, que los miembros de las Fuerzas Públicas que han sido víctimas de delitos de lesa humanidad o crímenes de guerra puedan participar como electores y como candidatos, y, al mismo tiempo, que los partidos políticos pueden presentar dentro de sus listas a víctimas y participar en las circunscripciones especiales para víctimas, con personas que militen en sus ideologías políticas.
¿Qué mensaje les envía a los sectores que apoyan la idea de revivir las 16 curules de paz?
Que las reglas democráticas las debemos respetar todos, porque finalmente las reglas democráticas son la esencia del sistema. Seguir tratando de imponer unos Acuerdos por vía antidemocrática y hacerle trampa a las mayorías colombianas es un pésimo sistema de darle continuidad a esos Acuerdos.