Hace unos pocos días, entre el 1 y el 7 de noviembre del presente año, las delegaciones del Gobierno Nacional y la guerrilla del ELN tuvieron una reunión en Caracas, Venezuela, en la cual anunciaron un nuevo paso para descongelar la mesa de diálogos de paz. En dicha ocasión, las partes examinaron de manera “franca y profunda” la relevancia del proceso de paz en el país, así como los avances, logros, perspectivas y dificultades.
En ese sentido, este martes, 19 de noviembre, viajarán a la capital venezolana el equipo negociador del Gobierno Petro para poder dar inicio con el primer encuentro que se tiene planeado con el equipo de los insurgentes hasta el próximo 25 de noviembre con el propósito de continuar en las labores propias de la Mesa de Diálogos para la Paz.
Y es que aunque aún no hay claridad sobre la forma en que se retomara la agenda de diálogo, esta reunión se considera clave para que las dos partes puedan determinar la hoja de ruta que tendrán a lo largo de la negociación.
De hecho, uno de los temas con prioridad para discutir una vez se sienten en la mesa es el cese al fuego bilateral que se venció el pasado 3 de agosto, con el fin de que nuevamente sea decretado para responder a las peticiones de las comunidades rurales sobre detener los enfrentamientos entre la Fuerza Pública y los alzados en armas.
A pesar de esto, la delegación estatal llega a territorio venezolano con preocupación y expectativa a la vez, debido a las declaraciones de Pablo Beltrán, jefe de la delegación del ELN, quien dijo que los insurgentes no firmarán la paz con el actual Gobierno Nacional y que solamente tienen el interés de alcanzar la mayor parte de los acuerdos de manera rápida y así determinar los pasos a seguir con el sucesor del presidente Gustavo Petro.
Otty Patiño, el alto comisionado para la Paz, confirmó recientemente en una entrevista con Blu Radio que atenderán las pretensiones del ELN, pero que a la vez no tolerarán más sus actos criminales contra la población civil, tal como sucedió hace unos días con el paro armado en el Chocó.
“El presidente mismo ha tomado nota y ha advertido al ELN que todas las cuestiones que ellos plantean, el modelo poscapitalista que ellos plantean, lo podemos discutir, pero lo podemos discutir en paz; no lo podemos discutir con un fusil en la mano apuntándole a quien sea. De tal manera que el proceso de desmovilización y dejar las armas para poder elevar la política en las relaciones con estos grupos es supremamente importante, es vital”, afirmó Patiño al medio mencionado.
Además, el funcionario reveló que lo que se vaya acordando de ahora en adelante con el ELN, deberá ser implementado en el transcurrir del año 2025. Y percató de que en caso de que lo anterior no se logre, habrá fracasado el Ejecutivo en dar un primero paso para la desmovilización de esta guerrilla.
“El proceso de diálogos puede ser infinito y eso es lo que no quiere este gobierno, pero por eso hemos dicho que si el proceso de implementación no empieza en 2025, habremos fallado. El proceso de implementación tiene tres componentes: transición a la vida civil, que es un tema muy importante; transformación territorial y desescalamiento del conflicto”, puntualizó Otty Patiño.