La Revista Semana dio a conocer que Felipe Marín Silva, conocido como Pipe Tuluá, quien está condenado por cometer 39 homicidios, llegó al establecimiento carcelario de la Picaleña, en Ibagué, dando órdenes e infundiendo temor entre los funcionarios penitenciarios, quienes, pese a ser la autoridad del lugar, se sienten intimidados y temen por su seguridad y la de sus familiares.
El traslado de Pipe Tuluá se realizó hace apenas una semana y media y ya se han establecido preocupaciones y denuncias, pues el hombre judicializado profirió amenazas contra cualquier guardia que se interponga en sus planes y afirmó que no dudará en tomar “medidas”.
Según la información recolectada por el medio de comunicación, estas fueron las palabras de Marín al llegar a la cárcel: “Espero que la guardia tenga claro quién soy yo, llegué a mandar, como lo he hecho en todas las cárceles, y espero que nadie se meta en mi camino, porque no me temblará la mano para seguir matando guardianes. No me importa si tengo que matar capitanes, cabos, dragoneantes”.
Pero no solo es la actitud Pipe Tuluá la que ha prevenido a los guardias del Inpec, según la revista, en realidad ha prendido la alerta de los guardianes son los privilegios con los que, al parecer, cuenta y que están en contra de las normativas del centro de reclusión. Aparentemente, el ingreso de algunos artículos se aprobaron por medio de una solicitud de seguridad, ya que el recluso considera que su vida está en riesgo.
Según la información de la revista, el recluso llegó con más de 120 artículos, entre los que se incluyen televisores, mercados e incluso cuchillos.
Además, la esposa de Marín, Patricia Guzmán Enríquez, entró gritando incluso hasta los patios de la cárcel, lo cual está prohibido.
Ante la polémica, el Instituto Nacional Penitenciario de Colombia, Inpec, le contestó a la Semana que, si bien se autorizó un régimen especial de alimentación para Pipe Tuluá por temor a envenenamiento, el ingreso de los objetos prohibidos no estaba contemplado, por lo que se establecerá una investigación.