En el marco del Día Internacional Contra el Bullying o Acoso Escolar que se conmemora este jueves 2 de mayo, el Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Pontificia Universidad Javeriana analizó las cifras más recientes de PISA y el Sistema Unificado de Convivencia Escolar en Colombia de las cuales hallaron los siguientes resultados.
El 23% de los estudiantes en Colombia reportaron ser víctimas de acoso escolar o bullying regularmente o siempre en sus instituciones educativas. La prevalencia del acoso escolar en Colombia es relativamente alta en comparación con el promedio de los países de la OCDE, ocupando el puesto 11 entre los países con mayor proporción de estudiantes que sufren acoso regularmente o siempre.
Según el Sistema Unificado de Convivencia Escolar (SUICE) de Colombia, en 2023 se reportaron, aproximadamente, 6.180 casos de acoso escolar tipo II (agresiones reiteradas) y tipo III (delitos), 2.690 casos más en comparación al 2022. Por lo tanto, la LEE asegura que es importante mencionar que existe un preocupante subregistro de casos de conflictividad escolar, lo cual dificulta la implementación de medidas efectivas para prevenir y abordar este problema.
Los datos del SUICE revelan que tanto niñas como adolescentes tienden a experimentar niveles más altos de acoso escolar en comparación con los niños y adolescentes. Los grados 6º, 7º y 8º son los que reportan mayor porcentaje de situaciones de acoso.
La agresión física es la forma más común de agresión reportada, seguida por la verbal y relacional. Las entidades territoriales de Cali, Córdoba, Cundinamarca y Antioquia reportan los números más altos de casos de acoso escolar en Colombia.
“Las consecuencias del acoso escolar, tanto a corto como a largo plazo, pueden ser devastadoras para los niños, niñas y adolescentes, impactando áreas cruciales del desarrollo humano como la socialización, la salud mental y el rendimiento académico. Es clave la formación de habilidades socioemocionales en la comunidad educativa, así como la capacitación docente en la identificación y manejo adecuado de las situaciones de acoso, y el trabajo conjunto con las familias”, concluyó el centro de investigación de la Pontificia Universidad Javeriana.