En medio de la operación Perseo, que el Gobierno Nacional sigue adelantando en el corregimiento de El Plateado, de Argelia y la Hacienda de El Tambo (Cauca) en pleno corazón del Cañón del Micay, se conoció recientemente que el frente Carlos Patiño, de las disidencias de las Farc, estarían haciendo un macabro plan de amenazas hacia comerciantes de la zona.
El País conoció, por medio de fuentes de inteligencia del Ejército Nacional, que desde el inicio de la operación militar mencionada dicho frente de las disidencias habría amenazado a comerciantes de establecimientos como supermercados, tiendas, gasolineras, ferreterías, droguerías y restaurantes, entre otros; con el fin de que no les vendieran comida o algún producto a miembros de la Fuerza Pública.
Uno de los objetivos de los criminales con estas amenazas era que en caso de no acatarlo, los ciudadanos iban a ser considerados como enemigos del grupo guerrillero y como consecuencias podrían ser asesinados o desplazados de manera forzada. Asimismo, otra de las intenciones de las disidencias de Iván Mordisco, es que a los uniformados se les negaran sus derechos a la alimentación, salud, aseo y movilidad.
“Alias El Mocho y Giovany habrían enviado a sujetos vestidos de civil y en motocicletas para que fueran a cada establecimiento comercial de la zona y mediante intimidaciones y amenazas, les advirtieran que de venderles productos a las tropas, sus negocios y sus vidas (incluyendo la de sus familiares) correrían peligro”, se lee en el documento de la institución castrense que conoció este diario.
En un principio, según el Ejército, los comerciantes aceptaron forzadamente dicha imposición. Además, resaltaron que a pesar de que las tropas tenían suficientes elementos para subsistir en medio de sus labores militares, los pobladores de El Plateado y el Cañón del Micay tuvieron un cambio de actitud progresivamente.
Y es que como consecuencia de las amenazas de los disidentes, la economía de dicho pueblo estaba teniendo afectaciones debido a que los productos de los distintos establecimientos no estaban comercializándose. No obstante, una vez que llegó la Fuerza Pública al pueblo para despejar la presencia de los guerrilleros, la economía fue reactivándose y los comerciantes pudieron vender tranquilamente alimentos, medicamentos o elementos de aseo a cada uno de los uniformados.
“Este cambio de actitud se debe a la generación de confianza que poco a poco los uniformados han venido construyendo con la población civil. Las comunidades al sentir confianza y cercanía, ya han comenzado a realizar actos que benefician a ambas partes”, resaltó el informe de inteligencia militar al que tuvo acceso El País.
Finalmente, la institución castrense resalta que la operación Perseo ha sido “una oportunidad única” para los establecimientos comerciales, porque así han podido tener mejoras en la economía que estaba siendo afectada desde tiempo atrás por la presencia de las disidencias de Mordisco. Asimismo, se ha restablecido la señal de celular e internet, a la cual no tenían acceso.