La administración de Donald Trump, suspendió las ayudas económicas que eran destinados hacia varios países, entre ellos, Colombia. Esta medida de congelamiento genera un gran impacto en el país, ya que, eran más de 35 millones de dólares mensuales (420 millones de dólares anuales), que recibía el país. Además, la Jurisdicción Especial para la Paz JEP se encontraba entre las organizaciones que recibían un presupuesto de parte de este incentivo para desarrollar proyectos de Justicia Transicional, y ahora, estos quedan en riesgo.
El secretario de Estado, Marco Rubio, declaró en una pasada audiencia de confirmación ante a Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que: “cada dólar que gastamos, cada programa que financiamos, y cada política que perseguimos debe justificarse.” De acuerdo con el gobierno estadounidense, esta medida, implementada por 90 días, busca evaluar que los convenios con la política exterior, estén alineados con el nuevo presidente y así decidirá si va a continuar, modificar o cesar cada programa de asistencia extranjera.
Según dio a conocer El Tiempo, esta congelación afecta directamente a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), que ha financiado diversas iniciativas clave en Colombia. Dentro de los programas impactados se encuentran los relacionados con la Reforma Rural Integral, Agencia Nacional de Tierras (ANT) y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP)
La decisión, supervisada por el secretario de Estado, Marco Rubio, deja como resultado la suspensión de aproximadamente $15.000 millones destinados a la JEP, lo cual genera incertidumbre sobre el futuro de los proyectos de reparación a víctimas y justicia transicional, que tenía cerca de 107.000 beneficiarios directos, reveló el medio mencionado anteriormente.
El futuro de la financiación estadounidense para la JEP dependerá del informe que el Departamento de Estado elabore tras el período de 90 días, en el cual el gobierno de Trump evaluará si estos programas se alinean con su nueva política exterior antes de tomar una decisión definitiva sobre el destino de los fondos y si se vuelve a desembolsar las ayudas a países como Colombia.
“La industria y la burocracia de ayuda exterior de los Estados Unidos no están alineadas con los intereses estadounidenses y en muchos casos son antiéticas a los valores estadounidenses. Sirven para desestabilizar la paz mundial al promover en países extranjeros ideas que son directamente opuestas a las relaciones armoniosas y estables dentro de los países y entre ellos”, menciona el documento que estableció este periodo de prueba, firmado el pasado lunes 20 de enero.
Las relaciones entre Colombia y Estados Unidos han estado marcadas recientemente por tensiones diplomáticas, lo que podría influir en la determinación final. Aunque la JEP cuenta con el respaldo de la Unión Europea y otros países, la suspensión del financiamiento por parte de EE. UU. representa un golpe significativo a la sostenibilidad de la justicia transicional en el país.