El presidente Iván Duque firmó este viernes la Declaración de Chapultepec sobre libertad de prensa, tras intervenir en Cartagena de Indias en la sesión inaugural de la Reunión de Medio Año de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
"Firmar la Declaración de Chapultepec no es un acto protocolario ni un ritual, para mí es estampillar mis convicciones, mi compromiso con la defensa de la justicia, de la legalidad y de los derechos humanos", manifestó el Mandatario antes de estampar su firma.
El mandatario firmó la Declaración en un acto en el que estuvo acompañado por la presidenta de la SIP, María Elvira Domínguez Lloreda, directora del diario El País, y de otros periodistas de varios países americanos.
La Declaración de Chapultepec, adoptada por la Conferencia Hemisférica sobre la Libertad de Expresión celebrada en Ciudad de México el 11 de marzo de 1994, estableció un decálogo de principios sobre las libertades de prensa y de expresión.
"Hoy con orgullo vengo ante la SIP a cumplir dos tareas que me nacen del corazón: la primera, firmar con orgullo la Declaración de Chapultepec en estos 25 años de este vibrante instrumento que ha servido de buenas prácticas en todo el mundo", aseguró el Presidente.
Desde que fue adoptada, la Declaración de Chapultepec ha sido firmada por numerosos jefes de Estado y otras autoridades del continente americano, entre ellos los últimos mandatarios de Colombia.
A esa lista se sumó el pasado 13 de febrero el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, quien la firmó en un acto celebrado en Quito.
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La reunión de la SIP que comenzó este viernes se extenderá hasta el próximo domingo y en ella los participantes analizarán los desafíos que enfrenta la prensa en Venezuela, Cuba y Nicaragua, entre otros asuntos.
Regímenes en Latinoamérica asfixian la libertad de expresión, dice la SIP
La situación económica de los medios de comunicación en América atraviesa uno de sus peores momentos y se agrava por las presiones que ejercen Gobiernos como los de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Bolivia, aseguró la presidenta de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y directora del diario El País, María Elvira Domínguez Lloreda.
"La situación de la industria es compleja y se agrava con la asfixia económica que ejercen regímenes como los de Nicolás Maduro, Daniel Ortega, Miguel Díaz-Canel y Evo Morales", sostuvo Domínguez este viernes en la inauguración de la Reunión de Medio Año de la SIP, que durante tres días se celebrará en la caribeña Cartagena de Indias.
Según Domínguez, la mayoría de los informes de libertad de prensa que se escucharán mañana, desde Canadá hasta Argentina, advertirán que la crisis económica que atraviesan los medios es "general, profunda y no de fácil resolución".
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Aunque en algunos países del continente ya se han logrado exenciones para hallar un alivio, en el momento actual se comprende mejor que nunca la importancia que tienen los medios de comunicación "saludables e independientes".
Dicha interpretación, dijo Domínguez, "caló hondo desde que quedó en evidencia que las redes sociales o las grandes plataformas digitales, a través de las cuales se distribuye la información, muchas veces sin filtro ni rigurosidad o cargadas de intenciones para diseminar la desinformación o las noticias falsas, no suplantan el papel vital del periodismo libre".
Aunque para la presidenta de la SIP está claro que las redes sociales y una comunicación cada vez más horizontal con las comunidades tienen el potencial de generar "avances para la humanidad", consideró necesario entender que "siempre será una labor complementaria al periodismo profesional", que "nunca podrá ser desbancado".
En su discurso, Domínguez también resaltó el hecho de que el mundo se encuentra hoy ante la disyuntiva de que por un lado los medios y periodistas independientes son indispensables en la construcción social y democrática, pero por otro pierden espacio ante el poder de los "grandes intermediarios".
Como consecuencia, explicó, "las audiencias se tornan esquivas y las penurias administrativas obligan a reducir las operaciones y ahí comienza la lucha diaria por mantener la calidad informativa".
A lo anterior se suma el que algunos líderes de países americanos, que deberían defender la libertad de prensa, "se empecinan en campañas de desprestigio para calificar a los medios de enemigos del pueblo, opositores, burgueses e imperialistas, con la intención de desviar la atención de los problemas importantes y restarles credibilidad", concluyó.