Cámaras de seguridad registraron el momento exacto en el que Hernán Roberto Franco fue atacado a tiros por un sicario en un edificio ubicado en el Parque de la 93, en Bogotá. Una de las grabaciones muestra la reacción del escolta que trató de perseguir al asesino, una pieza clave para la investigación.
También aparece en los videos de cámaras de seguridad de edificios cercanos al lugar de los hechos en medio de la persecución de los sicarios. Y finalmente, fue él quien logró capturar a uno de los implicados.
Además de servir de escolta, Carlos Andrés Fuentes era el conductor de la víctima, por lo que fue testigo de la última conversación telefónica que el empresario sostuvo en la mañana del 21 de febrero. Según conoció SEMANA, en sus declaraciones a las autoridades, el conductor reveló que en la conversación hubo gritos y hasta insultos.
Fuentes, encargado de llevar al auditor de su casa a la oficina, contó que las discusiones de la víctima con los clientes de la empresa que auditaba eran constantes y, al parecer, también detonaron amenazas en su contra.
Los testimonios en poder de las autoridades evidencian que Hernán Roberto estaba preocupado por su seguridad. Incluso, quienes declararon ante la Fiscalía señalaron que el empresario optó por cambiar rutinas durante su recorrido para anticiparse a cualquier situación en contra de su seguridad.
En medio de las pesquisas, los investigadores han escuchado los testimonios de más de 10 personas, la mayoría del círculo cercano de la víctima. Entre ellos están su secretaria, sus asesores familiares y la empleada de servicio.
Lo más impresionante es que el presunto autor intelectual del crimen estuvo en la clínica a la que fue trasladada la víctima y en su velorio. En ambos lugares, y también en el lugar del crimen, hubo otros movimientos sospechosos, pues personas desconocidas habrían aparecido en busca de información.
De acuerdo con la investigación, el sospechoso pasó mucho tiempo en la sala de la clínica y se mostraba “nervioso”. Las personas que conocían al sujeto confirmaron a los investigadores que el supuesto actor intelectual fue quien llevó a la clínica a Franco y asistiría a la reunión que la víctima tenía en el edificio de la 93.
Otro detalle sospechoso, según conoció SEMANA, es que un hombre que trabajó con el empresario por años llegó al lugar, como si supiera lo que iba a ocurrir. Incluso, esta persona habría informado a alguien más que su exjefe falleció.
Cabe recordar que Hernán Roberto Franco, auditor en una empresa privada, habría encontrado irregularidades en medio de su trabajo. Durante la reunión a la que no pudo llegar, iba a destapar los presuntos actos de corrupción.
Las personas cercanas al empresario contaron que pasó sus últimos días con un mal presagio y hasta dejó “instrucciones en caso de faltar”. En las declaraciones a las autoridades, familiares y colaboradores coincidieron en que “estaba asustado”.