Los niños, niñas y jóvenes disfrutan al máximo de uno de los pocos parques infantiles hechos con madera plástica de material reciclado que existen en Popayán, el cual está ubicado en el barrio de Villa Norte.
Como indicó Marcy Piedrahita, habitante de la zona, estos juegos fueron entregados por la Fundación Universitaria de Popayán, FUP, hace aproximadamente tres años, transformando por completo este lugar, el cual ahora es un sitio de encuentro de familias y comunidades.
“Más que un regalo, es una bendición porque ese parque ecológico le cambió la cara al parque, estaba la cancha, pero faltaba esos juegos para los niños y niñas, además para las bancas para que uno como padre se siente a descansar, mientras que los pequeños se divierten”, agrega esta madre de familia.
Dos sube y baja, columpios, resbaladero son los juegos que integran este parque infantil hecho por completo con madera plástica, elaborada con elementos reciclado, de ahí que lo convierte es una especie de una atracción porque muchos desconocían esta clase de estructuras.
“Lo más curioso de estos juegos es que se conversan intactos, a pesar de que ha pasado todo este tiempo, entonces además de ser un buen regalo para el barrio, es un aporte al cuidado al medio ambiente porque sabemos que es una estructura elaborada con plástico reciclado, porque nos dijeron que esa clase de madera provenía de todas esas tapas de los envases que la gente va donando en los supermercados”, manifiesta Paola Piedrahita, otra ama de casa que se disfruta de este espacio.
Y es que la misma comunidad muestra con orgullo la placa que instalaron junto a los juegos, donde consignaron que este parque nació de la clasificación y reciclaje de los residuos sólidos de sus respectivos sectores y como compensación reciben los parques, los cuales se convierten en escenarios de recreación para los niños y niñas, así como en un ejemplo comunitario de contribución a la preservación del medio ambiente desde la cotidianidad de los payaneses.
Por eso, mientras los niños juegan libremente en estas estructuras, los padres contribuyen con la limpieza del lugar, porque esa donación por parte de esta entidad educativa privada, se incrementó el sentido de pertenencia de los pobladores del sector con este espacio.
“Hay que destacar que con esta clase de obras une a las comunidades en torno al reciclaje y la protección del medio ambiente, porque es una economía participativa, porque nos dieron los juegos y nosotros nos comprometimos a cuidarlos y a mantener limpio el lugar, además se beneficia a los recursos naturales, así como a la conservación del planeta, para que las futuras generaciones puedan tener recursos naturales”, acota Marcy Piedrahita.