Como Érica Paola Ciprian Mora fue identificada la joven de 27 años de edad que fue encontrada sin vida en un apartamento, ubicado en un tercer piso en el barrio Belén La Gloria, al suroeste de Medellín.
La mujer, oriunda de Montería, yacía en avanzado estado de descomposición junto a un hombre de 53 años, identificado como Juan Diego Zapata Buitrago, quien era el inquilino del apartamento en mención.
Los cuerpos fueron llevados a Medicina Legal para realizar las respectivas autopsias, que arrojen luces sobre las causas de la muerte de los dos individuos. Las autoridades policiales ya iniciaron la investigación, con algunos hallazgos conocidos hasta el momento.
Por un lado, los cadáveres fueron encontrados en la noche del pasado miércoles 24 de julio, pero se estima que las muertes ocurrieron sobre la madrugada del martes, no solo por la descomposición que presentaban y los fuertes olores que fueron alertados por los vecinos, sino también porque estos recordaron haber escuchado detonaciones desde el apartamento, aproximadamente a las 12:40 a.m. del citado martes.
Esto concordaría con el arma de fuego que encontró la Policía Judicial en el interior de la vivienda, cerca de la cama.
A falta de conocer los resultados y el análisis de los expertos forenses sobre lo ocurrido, las autoridades tienen la hipótesis de que se presentó un homicidio entre el hombre y la mujer, y luego un suicidio. También se estudia la posibilidad de que haya sido un tercero el responsable del crimen.
De momento, medios locales informaron que nadie se ha acercado o ha contactado a Medicina Legal para reclamar el cuerpo de la joven, pero sus familiares sí se han pronunciado en Montería sobre el suceso.
Contaron, en primera instancia, que Zapata Buitrago era la expareja sentimental de la joven, y que ella se había separado de él debido a las constantes agresiones físicas y amenazas de muerte que este le realizaba.
Érica Paola Ciprian, madre de dos hijos de 4 y 8 años, trabajaba como estilista y había emprendido el viaje hacia Medellín, según le dijo a su familia, con la intención de comprar algunos utensilios para desempeñar su labor.
Abandonó su ciudad el pasado 20 de julio y un día después, el domingo 21, se comunicó por última vez con sus seres queridos. Según contaron ellos, lo vieron normal al suponer que se encontraba ocupada con sus diligencias en la capital antioqueña, pero luego se confirmó su muerte a los tres días.