El general Rodríguez fue quien lideró la operación, con la que se buscaba también proteger a la población que por años ha vivido bajo el control de los grupos armados.

“Es un esfuerzo que no tiene retroceso por recuperar el cañón”, aseguró.

Indicó, además, que el Cañón del Micay es un territorio desconectado del resto de Colombia, el cual se ha convertido en un epicentro del narcotráfico.

El clima, la geografía del cañón y su difícil acceso lo han convertido en una zona donde predomina el cultivo de coca y, gracias a ello, las economías ilegales.

A esto se le suma que hace quince años se produjo la retirada de la Policía de la región, debido a una acción de tutela que fue presentada por la comunidad, quienes se sentían preocupados por las represalias de la guerrilla.

El Plateado queda en el corazón del cañón del Micay, incrustado en la cordillera Occidental. Es un paso estratégico para unir al macizo con el Pacífico caucano y, por ende, una ruta del narcotráfico. Las disidencias controlan el negocio.

Para llevar a cabo la Operación Perseo, fueron requeridos 1400 hombres, quienes luego de ingresar al casco urbano lograron sacar a varios miembros de la estructura Carlos Patiño de las disidencias Farc.

Para el Comandante, “la visita de los ministros constituye un mensaje de respaldo a la población”.

Por eso es tan importante que la presencia del Estado en el Cañón del Micay siga siendo efectiva y sobre todo duradera, por el bien de toda la población.

El ministro de Defensa, Iván Velázquez, dio a conocer a los pobladores la puesta en marcha de varios proyectos sociales para consolidar la paz en este territorio. | Foto: Ministerio de Defensa