El vallecaucano Isamel Enrique Arciniégas, ejecutado en la noche de este lunes por la justicia de China tras ser condenado por narcotráfico, aseguró en una última llamada a sus familiares que para él la muerte fue "un viaje de felicidad, no de tristeza ni de llanto".
Arciniégas conversó por última vez con su hijo, Juan José Herrera, y con el resto de sus allegados, a quienes recomendó "cuidar y atesorar la vida eterna, y hacer obras" pues para él, "eso es lo bonito de la vida, que los recuerden con cariño y con amor".
Arciniégas Valencia fue detenido en 2010 y condenado en 2013 a pena de muerte, según el Gobierno chino se buscaron mecanismos para evitar la pena de muerte, sin embargo las leyes del país califican traficar más de cuatro kilos de droga como delito grave.