Rodolfo Hernández atravesó duros meses desde que le diagnosticaron cáncer terminal. En medio de la incertidumbre, el excandidato presidencial, también, tomó ciertas decisiones que quedarían en manos de su familia y allegados.

Una de estas decisiones corresponde a la forma en la que quería que su familia dispusiera de sus restos y de su lápida Precisamente, el ingeniero había expresado que quería descansar en Los Colorados, su finca en Piedecuesta, Santander, bajo un bonsái que sembró su esposa, Socorro Oliveros.

A pocos metros, también, quedó el cuerpo de su perro bulldog francés que murió 20 horas después que él. A Narco José lo sepultaron envuelto en un camisa de uno de los hijos de Rodolfo Hernández, Rodolfo José.

Narco José, el perro de Rodolfo Hernández, murió horas después que su amo. Hoy descansa eternamente a su lado en Bucaramanga.

La mitad de los restos del dirigente político reposan en el cementerio Parque Memorial Tierrasanta, en Bucaramanga. Allí hay una lápida en la que quedó plasmada la impactante frase que el mismo Rodolfo quería que colocaran: “No robar, no mentir, no traicionar y cero impunidad”.

En la parte inferior de la lápida, también, se puede leer otras palabras que el ingeniero escribió en vida: “Aquí yace Rodolfo Hernández, quien persiguiendo el trabajo y el dinero, perdió la salud; aquí yace Rodolfo Hernández sin dinero y sin salud”.

Resulta importante recordar que a Hernández le habían diagnosticado cáncer de colón y a pesar de ello, continuó refiriéndose al fin de la vida de la manera más valiente. En algún momento, el ingeniero le dijo a la Revista Semana que quería que lo recordaran “como un luchador”. Agregó que “he sido fuerte y eso me lleva a enfrentar con valentía las cosas (...). Claro que he pensado en la muerte. No le tengo miedo, pero si puedo evitarla, la evito”. Su muerte generó todo tipo de reacciones en las redes sociales y mensajes en los que los internautas le expresaron su cariño.

Exequias Rodolfo Hernández | Foto: SEMANA