A pesar que aún se desconoce de manera certera la causa de la hepatitis grave de origen desconocido, algunos expertos señalan que esta podría estar relacionada a una reacción por infecciones de virus como el
covid-19.
Según señaló el director de Vigilancia en Salud Pública y Análisis de Riesgo del Instituto Nacional de Salud (INS), Franklyn Prieto, la causa de la enfermedad (inflamación del hígado) sería una concurrencia de diferentes factores, entre los que aparecen, aquellos menores con antecedentes de infección de coronavirus.
El infectólogo pediatra, Germán Camacho, profesor de la Universidad Nacional de Colombia y vicepresidente de la Asociación Colombiana de Infectología, explica que aunque el covid-19 (que genera una respuesta inflamatoria importante), no sería una causa directa, este sí puede predisponer al hígado para que una segunda infección desencadene una reacción inflamatoria de mayor gravedad.
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“En los niños que tuvieron covid en el pasado el sistema inmunológico queda predispuesto a reaccionar con menor intensidad y cuando llega el otro virus se puede activar”, explicó.
Una segunda hipótesis con más fuerza sobre la causa de la hepatitis de origen desconocido, explican los especialistas, es una reacción por infecciones de Adenovirus, un virus común que puede causar síntomas respiratorios o vómito y diarrea, pero que después de la pandemia puede estar teniendo un comportamiento más grave, debido a las defensas que perdieron los niños durante el aislamiento.
“Los niños durante la pandemia no tuvieron contacto con muchos virus, entonces al no haber tenido contacto con esos virus, no tuvieron las defensas adecuadas, al volver a exponerse, el virus tiene una reacción viral más grave”, dice el infectólogo pediatra Camacho.
Sobre estas dos hipótesis, la Organización Mundial de la Salud (OMS), señaló que el origen de los casos aún está en estudio. “En algunos casos se detectó la presencia del virus SARS-CoV-2, pero esta es una línea de investigación, además de otras, como la del adenovirus”, señaló la OMS.
Una tercera teoría, que hoy la OMS ya catalogó como un mito, señala que el brote de la enfermedad podría estar vinculado con las vacunas contra el covid-19. La autoridad mundial de salud pública sostuvo que la mayoría de los niños afectados no recibió la vacuna contra el covid-19 y por ahora se descarta que los casos estén relacionados con la vacunación.
¿Es preocupante?
La hepatitis grave de origen desconocido hace parte de las enfermedades que en el mundo han tomado relevancia tras la angustia que generó la pandemia. Pero así como otros virus, como la viruela del mono, estas no son enfermedades nuevas para los especialistas y sus nuevos brotes deberían ser motivo de preocupación especialmente para las autoridades en salud pública encargadas de la vigilancia y control, quienes pueden tomar decisiones al respecto.
“El covid ha abierto el camino a muchas enfermedades, pero también hay muchas cosas que antes pasaban desapercibidas para la opinión pública y sólo las percibimos nosotros los médicos”, reflexiona el profesor de la universidad Nacional.
Hasta el último reporte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene contabilizados, hasta el momento, 650 casos probables de hepatitis aguda de origen desconocido en niños procedentes de 33 países, y otros 99 que están aún "pendientes de clasificación".
De los 650 casos probables, al menos 38 niños (6 %), han necesitado trasplantes, y se han notificado un total de nueve (1 %) muertes, según el último informe publicado por el organismo sanitario internacional de Naciones Unidas.
¿Cómo se diagnostica en Colombia?
De acuerdo con el INS, el proceso diagnóstico es largo, pues los especialistas tienen que buscar todas las causas conocidas, iniciando por la más común, que es la hepatitis A.
Incluso en algunas zonas, los especialistas deben descartar algunas enfermedades que son propias de la región como malaria, fiebre amarilla, entre otras. Tan pronto se descartan estas causas, el INS es notificado y se procede a realizar unos estudios complementarios recomendados por OPS/OMS.
El primer caso en Colombia, que se suma a los 30 de América Latina, fue identificado en un niño de 2 años, que tuvo un cuadro clínico de seis semanas y evolucionó favorablemente sin generar el daño más grave.