El cumplimiento de los deberes laborales y la responsabilidad que conlleva portar el uniforme de la Policía de Bogotá han sido cuestionados recientemente debido a un incidente que involucra a dos patrulleros. Luis Felipe Guerrero y Jonathan Steven Guerrero, quienes acumulaban más de 7 años de servicio en la institución, fueron capturados por presuntamente presentarse a trabajar en estado de embriaguez.
Los hechos ocurrieron en la estación de Ciudad Bolívar, ubicada al sur de la capital colombiana. Según fuentes cercanas a la investigación, los dos patrulleros llegaron a su lugar de trabajo aparentemente desorientados y, lo que es aún más alarmante, con un notorio olor a alcohol impregnado en su aliento. Esta situación inusual no pasó desapercibida para sus superiores y compañeros, quienes rápidamente alertaron a las autoridades pertinentes.
La captura
Un video que circula en redes sociales capturó el momento en que un oficial de alto rango de la Policía se acerca a los dos patrulleros y, ante su visible estado, les comunica la decisión de detenerlos por el delito de “abandono de puesto”. Esta acción, que contradice los valores y el compromiso esperado de los miembros de la fuerza pública, desencadenó en la captura de los dos patrulleros, Luis Felipe Guerrero y Jonathan Steven Guerrero.
La Justicia Penal Militar ha tomado cartas en el asunto y ha anunciado que se llevarán a cabo investigaciones disciplinarias y administrativas para determinar el alcance de la negligencia de los patrulleros y las consecuencias que esto debería acarrear. La situación no solo plantea preguntas sobre la integridad de los involucrados, sino también sobre el sistema de control y supervisión dentro de la institución policial.
Uno de los aspectos más preocupantes de este incidente es la evidente contradicción entre la imagen de profesionalismo y compromiso que se espera de los miembros de la Policía y la conducta demostrada por estos dos patrulleros. La falta de responsabilidad en el cumplimiento de sus labores, sumado al evidente consumo de alcohol previo, pone de manifiesto una problemática que podría tener repercusiones graves para la imagen de la institución en su conjunto.
La sanción que pueden enfrentar
Las sanciones por este tipo de comportamiento están establecidas en la ley. Trabajar bajo los efectos del alcohol y abandonar el puesto de trabajo son considerados delitos y pueden conllevar sanciones que van desde uno hasta tres años de cárcel. Estas penas no solo buscan castigar el incumplimiento de los deberes laborales, sino también enviar un mensaje claro sobre la importancia de la responsabilidad y el compromiso que conlleva vestir el uniforme de la Policía.
Murió colombiano en grave accidente de tránsito con conductor borracho en Brasil
Una tragedia conmociona a la comunidad internacional tras la pérdida de dos jóvenes colombianos en un fatal accidente de tránsito en el sur de Brasil. Edwin Fernando Sanabria García, de 29 años y oriundo de Ibagué, y Óscar Augusto Bedoya Bedoya, también de 29 años y natural de Pereira, perdieron la vida en un desgarrador incidente ocurrido en el barrio Coroados de Guaratuba, una ciudad ubicada en el Estado de Paraná.
El fatídico suceso dejó a dos familias enlutadas y a una comunidad consternada por la pérdida de dos vidas jóvenes y llenas de promesas. Según los informes, el accidente tuvo lugar cuando el conductor de un vehículo Fiat Strada, bajo los efectos del alcohol, intentó realizar un adelantamiento en una zona donde dicha maniobra estaba prohibida. El resultado fue una colisión frontal con la motocicleta en la que se desplazaban Edwin y Óscar.
Una cámara de seguridad en las cercanías capturó el angustioso momento en el que ambos vehículos chocaron, resaltando la temeraria maniobra del conductor del automóvil y la violenta magnitud del impacto. El choque fue tan violento que lanzó a los ocupantes de la motocicleta por los aires, dejándolos gravemente heridos en la carretera.
Trágicamente, tanto Edwin como Óscar perdieron la vida en el lugar del accidente debido a la gravedad de sus heridas. Mientras tanto, el conductor del Fiat Strada, un hombre de 46 años que reside en Itapoá, fue rescatado por los Bomberos y trasladado a un centro médico de urgencias para recibir atención por heridas menores.
La historia tomó un giro aún más sombrío cuando las autoridades realizaron una prueba de alcoholemia al conductor del vehículo responsable. Los resultados revelaron un impactante nivel de 0,93 miligramos por litro de sangre (mg/l), lo que sobrepasa con creces el límite permitido. Como consecuencia, el hombre fue arrestado en flagrancia bajo cargos relacionados con la tragedia.