El esfuerzo en la erradicación de cultivos ilícitos y los logros en incautación de precursores químicos y la destrucción de laboratorios, fueron claves para que Estados Unidos certificara a Colombia por la lucha contra el narcotráfico que adelantó durante el 2020, a pesar de los obstáculos que implicaba la pandemia de Covid-19.

La certificación entregada por el departamento de Estado de ese país, permite al país norteamericano entregar a Colombia el 20% de los recursos que da cada año para la lucha contra el narcotráfico. Con la decisión, el país recibirá alrededor de 25 millones de dólares.

El informe que sustenta la certificación a Colombia resalta la importancia de una estrategia integral contra el narcotráfico, como la que está adelantando el gobierno de Iván Duque.

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Destaca que a pesar de las restricciones de tráfico aéreo, el gobierno colombiano extraditó a 82 miembros de organizaciones criminales internacionales para ser juzgados en Estados Unidos, y reconoció la labor que se viene haciendo para reducir la reincidencia y el reclutamiento forzado, y seguir desmantelando las organizaciones delictivas. Al igual que el trabajo continuo para combatir las actividades ilícitas de los grupos criminales más allá del tráfico de drogas como los delitos ambientales y la minería ilegal.

El Departamento de Estado afirma que la erradicación adelantada por el Gobierno en el 2020 fue la más eficiente de los últimos diez años, pues se lograron destruir más de 130.000 hectáreas a través de la erradicación forzosa, cumpliendo las metas que se habían pactado a pesar de los desafíos del Covid-19, un aumento dramático de las protestas de los cocaleros que se oponen a la erradicación manual y un aumento de los ataques violentos contra los erradicadores.

Asegura que estos resultados se han logrado con "un programa de erradicación de la coca dirigido por Colombia, limitado y con plazos definidos, que cumple con los requisitos administrativos y de supervisión establecidos por la Corte Constitucional colombiana".

El gobierno de Estados Unidos también se refirió a la significativa incautación de 22.868 toneladas métricas de precursores químicos sólidos para la producción de droga y cerca de cinco millones de precursores químicos líquidos, al igual que a la destrucción de 4.990 laboratorios para procesar base de coca y otros 236 para el refinamiento de cocaína y la incautación de 579 toneladas métricas de esta droga en Colombia y en el extranjero.