El fenómeno de El Niño es inminente y llega con el pronóstico de ser el más intenso en décadas. De acuerdo con las estimaciones del Ideam para Colombia, las regiones Andina y Caribe serán las más afectadas en el territorio nacional.
Este evento meteorológico ha ocurrido de manera natural a lo largo del tiempo y forma parte de las fluctuaciones de enfriamiento y calentamiento de los océanos. Sin embargo, por la crisis climática actual la temperatura media global ha aumentado de manera acelerada.
Además de los efectos que este fenómeno puede tener frente a sequías o alzas en el costo de la energía, genera riesgos por posibles quemas forestales e incluso problemas de salud para las personas por la exposición a la alta radiación solar.
De hecho, para enfrentar este fenómeno, el Gobierno declaró emergencia económica, social y ecológica en el departamento de La Guajira debido a su vulnerabilidad frente a una eventual escasez de agua.
Sin embargo, todo el país debe prepararse para lo que viene, pues se estima que El Niño se prolongaría hasta finales de 2023. Según las proyecciones de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, estas condiciones podrían extenderse hasta el primer trimestre del próximo año.
Ghisliane Echeverry Prieto, directora del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, explicó que “en este momento, las condiciones del fenómeno del Niño se encuentran presentes. Es decir, el océano Pacífico ya está calentándose”.
“Hemos observado, en nuestro seguimiento climático, que durante los meses de abril, mayo y junio, las precipitaciones en el país han estado por debajo de los niveles históricos. Se espera que tengamos uno de los años más calurosos en toda la era postindustrial. El fenómeno de El Niño puede contribuir a un aumento de la temperatura global. Es decir, este año podría ser más caliente, aunque no hay certeza sobre si será este año o el próximo”, detalló la Directora del Ideam en diálogo con Colprensa.
Cabe señalar que esta disminución de precipitaciones en el país se traduce en sequías, lo cual afectaría el caudal de los ríos y la disponibilidad de agua, sobre todo en la región andina y Caribe, impactando en todas las áreas de demanda, incluyendo el consumo humano, la producción de alimentos y el uso industrial. A finales de junio, el presidente Gustavo Petro advirtió que “a partir de agosto tendremos circunstancias cada vez más difíciles”.
¿Qué puede pasar en Colombia?
Entre los efectos colaterales de este fenómeno, la Directora del Ideam destacó “el aumento de los incendios, que conlleva la pérdida de cobertura vegetal y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. También se presenta un deterioro en la calidad del aire, lo que tiene implicaciones en la salud. Además, hay otros efectos colaterales, como el incremento de enfermedades como el dengue, zika y Chikungunya. Todo esto ejerce presión sobre los servicios hospitalarios”.
En cuanto a las predicciones sobre este fenómeno, la líder del Instituto señaló que hay una probabilidad superior al 80% de que sea moderado y una probabilidad de alrededor del 50 % de que sea fuerte. “Esto implica que es más probable que sea moderado entre finales de este año y principios del próximo”, agregó.
Además, se espera que la intensidad del fenómeno sea mayor durante la temporada de menor precipitación, es decir, durante una época en la que normalmente experimentamos menos lluvia. A esto se suma que son varios los eventos meteorológicos con incidencia en Colombia.
“Es importante mencionar que el fenómeno del Niño no es el único fenómeno meteorológico que afecta al país. La atmósfera es muy compleja y tenemos la Oscilación de Madden Julian, que provoca menos lluvias en esta temporada. También hay corrientes como el Chorro del Orinoco y otros tipos de vientos que influyen en el clima”, aclaró la funcionaria.
*Con información de Colprensa