El mes de noviembre comenzó y también comenzaron a regir dos nuevos impuestos en Colombia. Estos ya han generado indignación. El primero tiene que ver con el impuesto a las bebidas azucaradas, mientras que el segundo es a los alimentos ultraprocesados. Las críticas han llegado debido a los efectos que estos podrían generar en las tiendas de barrio y en el bolsillo de los colombianos. Pese a eso, el presidente de la República, Gustavo Petro, los defendió.
A través de su cuenta de X, donde Petro Urrego es muy activo, especificó cuál es el verdadero propósito de este impuesto. El mandatario de los colombianos expresó que la idea de ponerle impuestos a los alimentos ultraprocesados no es para recoger dinero suyo, esto es para que usted escoja alimentos saludables y mejore el estado de salud del pueblo colombiano”, explicó en la red social que antes era conocida como Twitter. No obstante, los comentarios han sido en grandes cantidades.
El primer impuesto que entró en vigor fue el de las gaseosas, líquidos a base de malta, té, refrescos, zumos y néctares de fruta, energizantes, aguas saborizadas y mezcla en polvo. Esto en función de su nivel de azúcar añadido por cada 10 mililitros (ml). De igual manera, el segundo grava los productos comestibles con alto contenido en azúcar añadido, sodio o grasas saturadas. Aquí la taringa es del 10 % en el 2023, de 15 % para el 2024 y de 20 % para el año 2025.
Para las bebidas que tengan menos de seis gramos de azúcar añadidos por cada 100 mililitros será de 0 pesos. Las que tengan seis o más gramos de azúcar y sean menor de 10 gramos, pagarán 18 pesos. Finalmente, si es mayor o igual a 10 gramos, el impuesto será de 35 pesos. Así lo dice la ley que comenzó a regir en el presente año 2023 y que presentó las tarifas para las bebidas azucaradas. No obstante, hay un segundo impuesto.
Para el que tiene que ver con los productos como las salsas de tomate, el chocoramo, las salchichas, las chocolatinas, las papitas, rosquillas y más, se tendrá otro impuesto. De igual manera, hay bebidas y alimentos que no tendrán ningun tipo de impuesto. Aquí se encuentran el arequipe o dulce de leche, el salchichón, la mortadela y la butifarra, el pan, bocadillo de guayaba, hortalizas y frutas confitadas con azúcar (almibarados, glaseados o escarchados).
De igual manera, hay bebidas azucaradas que se encuentran también con excepción de impuestos. Aquí figuran las fórmulas infantiles, los medicamentos con incorporación de azúcares adicionados, los productos líquidos o polvo para reconstruir. En este, el propósito es brindar terapia nutricional para personas que no pueden digerir, absorber o metabolizar los nutrientes provenientes de la ingesta de alimentos.
También se encuentran los alimentos líquidos o polvos para propósito médicos especiales, como también las soluciones de electrolitos para consumo oral. Estos están diseñados para prevenir la deshidratación producto de alguna enfermedad. De esta manera y con todo lo presentado, las críticas no se han hecho esperar. Todo esto se debe a que se considera exagerado. Pese a eso, todo ya está aplicado de la mejor manera.
“Presidente, la gente debe ser libre de escoger qué quiere y no forzarla con un impuesto”; “20% más por desayunar pan, salchicha y chocolate; ¿qué quiere que desayune la gente? ¿Smothie de fresas orgánicas?”, Obvio, el que quiera comer eso que pague más porque en unos años les salen bien caros al sistema de salud con su diabetes, hipertensión y colesterol”. Estos son algunos de los comentarios en la misma publicación del presidente de la República.