El pasado 7 de mayo la emoción que llenaba los ánimos de los delegados de la II Convención del Centro Democrático en Bogotá subió a un nivel máximo cuando el exministro del Interior y presidente del directorio nacional de ese partido Fernando Londoño Hoyos anticipó una de las banderas que tendrá el uribismo en la campaña electoral que se avecina, “el primer desafío del Centro Democrático será volver trizas ese maldito papel que llaman el acuerdo con las Farc”.
Londoño evidenció que será el tema de la paz uno de los estandartes que el uribismo llevará para ganar votos, pero mostrando que lo logrado por el gobierno de Juan Manuel Santos en ese tema, la terminación del conflicto armado con las Farc, su desmovilización y la concesión de una serie de beneficios, no fueron el mejor resultado para la institucionalidad del país.
Contrario a esa posición, desde los sectores amigos al Gobierno Nacional también se ha empezado a anticipar que será la defensa del acuerdo de paz la bandera con la cual se hará campaña para asegurar que Colombia va por buen camino y que se deberán honrar los compromisos para tener un país equitativo en todos los aspectos.
Y es allí donde aparecen algunas personalidades quienes se han jugado al lado del presidente Santos por conseguir la paz.
Son ellos el jefe negociador en el proceso, Humberto de la Calle Lombana; la exministra de Trabajo, Clara López; el saliente ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, e incluso el senador y negociador en La Habana, Roy Barreras.
Sin ser harina del mismo costal, en ese selecto grupo también están el exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro; la exsenadora y conocedora del proceso, Piedad Córdoba, y el candidato presidencial del Polo Democrático, el senador Jorge Enrique Robledo.
Más allá de la paz
Aunque desde las trincheras ideológicas de estos sectores se ha empezado a vislumbrar que la paz y el cumplimiento de los acuerdos sería uno de los ejes de la campaña, una cosa contraria piensan analistas y exguerrilleros conocedores de la dinámica política en la que está el país.
El exintegrante del ELN, Carlos Velandia, dice que la paz no podrá ser el único referente que lleguen a tener los candidatos que han estado cercanos a la paz en su negociación e implementación.
“La campaña va a estar más marcada por un discurso de antipaz y antiacuerdo de paz, pero no creo que haya una fuerza política que pueda agruparse y tener como bandera el proceso de paz”, manifiesta.
Velandia apoya su postulado en que “el proceso va un poco a la baja. La gente cree que la paz ya se hizo y que está bien con lo que pasó con las Farc, además que el proceso con el ELN está en la trastienda, un poco distante del imaginario de la gente. Lo que sí está vivo es el discurso antipaz de la derecha con el cual se asocia lo que sucede con las Farc a la crisis en Venezuela, y a frases como el que Colombia fue entregada al terrorismo y al castrochavismo. Estos serán ‘caballito de batalla’ del Centro Democrático”.
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Alianzas serán decisivas
Y es precisamente una coalición, amplia, de diversos sectores, tal y como la que se consolidó en la segunda vuelta en 2014, y que le permitió ganar a Juan Manuel Santos la presidencial, la que deben consolidar los candidatos que hablen de consolidar la paz.
El saliente ministro del Interior y ya precandidato presidencial del Partido Liberal Juan Fernando Cristo tiene claro cómo debe ser la misma y sobre todo para qué.
“Tenemos la obligación de salir a defender en los foros, en las universidades, en las calles, esto en lo que el país ha avanzado, ese será el debate democrático en el 2018, si los colombianos queremos profundizar la implementación de los acuerdos, mejorar la democracia, hacer las reformas en el campo, las reformas sociales o como lo consideran los de la caverna que aquí todo está bien, que no hay exclusión social, que se debe avanzar hacia el aniquilamiento militar del adversario y devolvernos a las épocas de la guerra”, dice Cristo, quien agregó que “este no es el momento del partidismo, es el momento de las coaliciones amplias, para defender un logro muy grande que fue acabar con el conflicto de 52 años.
Su excompañera de gabinete Clara López también plantea que para consolidar lo alcanzado hay que trabajar unidos. “Tenemos frente a nosotros la oportunidad de contribuir de manera activa a la construcción de una democracia profunda que no es más que la forma de acción política que redefine las nociones del Estado, la sociedad y la participación popular ante los retos que se avecinan. También la alternativa de poner nuestros esfuerzos al servicio de las reformas que se requieren para garantizar de manera efectiva la inclusión social, la justicia, la participación y la ampliación de derechos”, dice López, quien en la primera vuelta presidencial de 2014 alcanzó 2 millones de votos.
Sostiene que el reto es integrar una convergencia de todos los sectores sociales y alternativos de Colombia, que sea capaz de hacerle frente a la difícil coyuntura política que atraviesa el país, superando los tropiezos que sufre el proceso de paz.
Humberto de la Calle, quien desde hace un poco más de dos meses empezó a tener en la academia el escenario preciso para defender los acuerdos de paz, ha sido claro en proponer que para la elección presidencial de 2018 se debe llegar con una gran coalición que haga frente a los anuncios del uribismo de hacer trizas los acuerdos con las Farc.
El exnegociador dice que más allá de que él sea o no candidato presidencial, existe un compromiso grande de los colombianos por defender la paz que en su criterio ya está empezando a mostrar los resultados esperados, un país con menos violencia y más equitativo.
Esa identidad de criterio confluye en Cristo, De la Calle y López quienes, al menos por el momento, podrían llegar a juntar sus caminos en algún momento de la campaña. El primer paso que en ese sentido se daría es que entre Cristo y De la Calle salga el candidato del Partido Liberal y el ungido pueda concertar esa alianza con Clara López.
Cercanos a esta coalición estaría el Partido de la U, en donde la competencia presidencial apenas inicia. Lo cierto es que en este costado tienen en el senador Roy Barreras al principal defensor de que lo negociado y la implementación es un asunto que deberá protegerse en las urnas nuevamente.
Los nombres de Jorge Robledo y Gustavo Petro también podrían iluminar parte de ese camino de la coalición, aunque por ahora le apuesten más al tema del próximo Presidente de Colombia, quien -dicen- debería estar girando entorno a combatir la corrupción.
Pero mientras esa es la reflexión más política, en la academia hay conceptos de que sería una alternativa equivocada. El analista y asesor universitario John Mario González sostiene que “los candidatos que se casen con la paz como tema exclusivo tienen el riesgo de perderse y diluirse, porque la paz la ofreció Santos como solución en 2014, pero no es ahora el remedio que termina de convencer a la gente de que la paz sea la solución a todos los problemas que tenemos”.
Será el paso de los días y la proximidad de la campaña los que muestren si la paz vuelve a ser el centro de la discusión política para escoger al nuevo presidente de la República y si una alianza en tal sentido mueve el interés de los más 16 millones de colombianos que saldrían a votar el 27 de mayo de 2018.
Otros temas de campaña
César Caballero, director de la firma Cifras y Conceptos, afirmó que aparte de la paz saldrán a luz más temas importantes, como seguridad ciudadana y justicia.
”No tengo la sensación de que el tema del acuerdo de paz sea el eje de la campaña. Creo que serán más los temas económicos, un poco la seguridad ciudadana, la justicia y obviamente, la corrupción”.
Caballero no desconoce que la paz sí estará en la campaña, pero dice que no será decisiva en la elección.
Frente a Humberto de la Calle, Clara López y Juan Fernando Cristo, señala que en su favor o en contra va a pesar el que sean asociados con la administración Santos.
“Cualquier asociación con Santos obviamente hace que haya un rechazo muy grande, porque la popularidad del Presidente es muy baja y su desgaste muy alto”, precisa Caballero.