Por Santiago Cruz Hoyos - Editor de Crónicas y Reportajes de El País
Este artículo pudo haber sido escrito por la Inteligencia Artificial y su aplicación más famosa por estos días, ChatGPT. Basta darle una orden lo más precisa posible. (Entre más inteligente, contextualizada y específica sea la pregunta o la orden, mejor será la respuesta de la IA. Debemos prepararnos para aprender a preguntar).
“Escribe un ensayo sobre los beneficios y los peligros para la humanidad que representa la llegada de la Inteligencia Artificial, con ejemplos”, le dije a ChatGPT. En segundos respondió:
“La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en un tema popular en la cultura actual, y aporta un gran número de beneficios y oportunidades para los humanos. La IA es capaz de procesar un volumen enorme de información de manera eficiente, lo que le permite realizar tareas complejas mucho más rápido que un ser humano. Esto podría ayudar a resolver problemas científicos complejos, lo que permitiría avances en medicina, en tecnología, en energía, etc. Además, la Inteligencia Artificial se puede utilizar para mejorar la productividad al automatizar rutinas repetitivas. Por ejemplo, las empresas pueden aprovechar la capacidad de la IA para realizar análisis de datos complejos y predecir tendencias, lo que puede conducir a mejores decisiones de negocios y resultados financieros más positivos.
Sin embargo, hay algunos peligros con respecto a la Inteligencia Artificial. En primer lugar, existe la posibilidad de que pueda reemplazar ciertas actividades laborales que se realizan por humanos. Esto podría provocar una enorme cantidad de desempleo, lo que tendría un efecto significativo en la clase media. También hay la preocupación de que la IA pueda volverse “demasiado inteligente” y desarrollar una conciencia, lo que podría llevar a una situación en la que la IA sea superior a los humanos y las cosas vayan fuera de control. Es un tema de debate importante entre los expertos de IA”.
¿Crees que el trabajo de los periodistas va a desaparecer por la llegada de la Inteligencia Artificial?, le pregunté en ese punto, fascinado, pero a la vez aterrado de conversar con una IA de forma tan fluida. Era mi primera vez. ChatGPT tal vez intentó tranquilizarme.
“No creo que el trabajo de los periodistas desaparezca por la llegada de la IA, sino que más bien se complementará. La tecnología de la Inteligencia Artificial puede ayudar a los periodistas a procesar grandes cantidades de información y descubrir patrones ocultos, lo que podría mejorar la calidad del contenido periodístico. Además, la IA puede verificar datos para evitar información incorrecta. Mi objetivo es ser una herramienta útil para los periodistas al proporcionarles acceso a más recursos para contar sus historias”.
En el chat apareció un mensaje – ‘continuar’ – así que hice clic. Chat GPT seguía aclarando su papel frente a los reporteros. “La IA puede ser utilizada para automatizar tareas más mundanas, lo que permite a los periodistas centrarse en la investigación y producción de historias de calidad. En resumen, la IA puede ser una herramienta útil para aumentar la eficiencia en el periodismo”.
Enseguida le pedí que escribiera un cuento en el que la IA resolvía un problema de una comunidad, pero a la vez representaba una amenaza. No tardó más de 20 segundos en narrar la historia, con la estructura básica: planteamiento, desarrollo, desenlace.
Más tarde leí que Microsoft está trabajando en una revisión de Office, integrando la Inteligencia Artificial a Word. “Será como tener un co-creador en el documento contigo, terminando frases y sugiriendo ideas”. El futuro es hoy y debemos estar listos.
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El profesor Jesús Alfonso López Sotelo es el coordinador de la especialización en Inteligencia Artificial de la Universidad Autónoma de Occidente. De manera general, explica, con el desarrollo de la IA lo que se pretende es imitar la inteligencia que existe en la naturaleza, en especial, la del ser humano.
– En el caso de la IA hablamos de algoritmos que buscan imitar un comportamiento que naturalmente existe. Es una manera sencilla de definirla; la IA simula comportamientos inteligentes por medio de algoritmos.
Rafael Alberto Méndez Romero, decano de la Escuela de Ingeniería, Ciencia y Tecnología de la Universidad del Rosario, lo explica así:
– La IA es una combinación inteligente entre distintos algoritmos, que tiene como fin aproximarse a máquinas que garanticen mostrar ciertas capacidades equivalentes a las del ser humano. En ese orden de ideas, lo que estamos intentando es enseñarles a las máquinas a tomar ciertas decisiones, muy en línea como lo hacemos los humanos. Esa es la idea básica: cómo entrenamos a las máquinas para que optimicen ciertos procesos y obtengamos respuestas equivalentes a como piensa una persona.
Todos los días nos relacionamos con la IA y no nos damos por enterados. Que Netflix nos sugiera películas de acuerdo a la experiencia de usuario, se debe a la Inteligencia Artificial. Lo mismo ocurre con Facebook, Twitter e Instagram: usan algoritmos de IA para recomendar contenidos según nuestras búsquedas.
O los sistemas de recomendación de Amazon y las apps de salud que usan la IA para analizar los datos de seguimiento y dar recomendaciones para cada persona, como la hora más apropiada para dormirse después de analizar el ciclo del sueño.
El concepto, aunque parece moderno (en los 80 y 90 la IA era un asunto tratado en las películas de ciencia ficción, ‘Terminator’, entre ellas) en realidad se viene gestando desde hace más de 70 años. La historia de la inteligencia artificial se remonta a la década del 50, cuando se comenzó a explorar la posibilidad de diseñar sistemas informáticos capaces de imitar la inteligencia humana. El científico John McCarthy fue el primero en introducir el término IA.
Con la masificación de Chat GPT, o los asistentes capaces de redactar copys publicitarios geniales, o Léxica, donde basta describir una imagen para que la genere (y en varias versiones para elegir y con la posibilidad de editarlas), e incluso apps que crean música gratuita y libre de derechos, el mundo se empieza a preguntar: ¿es la IA un aliado o una amenaza?
– Me gusta mucho el tipo de preguntas que nos estamos haciendo con lo que está ocurriendo con la IA. En mi concepto, a la Inteligencia Artificial no hay que temerle; hay que encontrar oportunidades. ¿Qué es lo que está pasando ya? Que naturalmente, como la IA facilita reemplazar tareas repetitivas a nivel profesional, nos invitará a transformar y repensar ciertas acciones de orden laboral. Así como pasó en las revoluciones industriales: el campesino pasó de trabajar doce horas al día, a cinco, con la llegada del tractor. Y es una bola de nieve. No podemos parar esta bola de nieve llamada IA – dice Rafael Alberto Méndez, el decano de la Escuela de Ingeniería de la Universidad del Rosario.
Lo que sucede con el fenómeno de la IA es similar a Internet: no acabó con el trabajo o la educación, los transformó. Dejó de ser necesario tomar un bus para ir hasta la biblioteca y consultar las enciclopedias; basta abrir Google.
– El reto con la IA va a ser aún más interesante: cómo esas tareas que las va a hacer una máquina, nos obligarán a pensar en nuevos oficios que no tengan que ver tanto con lo automático, sino más bien con lo empático, con lo creativo, con lo humano propiamente – continúa el profesor Méndez.
Kiwibot es una empresa colombiana que ofrece robots para entregar comida a domicilio gracias a la IA, por lo que los repartidores podrían estar en riesgo, o más bien, tendrían que cambiar la manera de hacer su trabajo.
Lo mismo ocurre con los traductores. Cada vez hay más apps capaces de traducir textos en prácticamente cualquier idioma. Su software usa Inteligencia Artificial para generar mejores traducciones gracias a las interacciones con cada usuario. El traductor aprende a diario, como la inteligencia humana.
A Chat GPT le hice la pregunta: ¿los traductores de idiomas podrían desaparecer con la inteligencia Artificial?
“Es posible que la IA tenga un impacto en la traducción de idiomas, ya que podría ser capaz de realizar tareas de traducción con mayor eficiencia y precisión. Sin embargo, no se espera que la IA reemplace completamente a los traductores humanos. La traducción no es solo una cuestión de cambiar palabras de un idioma a otro, sino que implica comprender y transmitir el significado y la intención detrás del lenguaje. A menudo, esto requiere habilidades lingüísticas y culturales que solo los humanos pueden proporcionar”.
La respuesta de la IA coincide con la del profesor Jesús Alfonso López Sotelo, el coordinador de la especialización en Inteligencia Artificial de la Universidad Autónoma: la IA debe verse como una herramienta que funciona como ‘copiloto’ en cualquier actividad, pero el ser humano sigue siendo el ‘piloto’ que determina hacia dónde dirigir los procesos.
– Ya lo dijo el físico alemán Albert Einstein: “la imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado, mientras que la imaginación, no”. En el caso de la IA, ChatGPT, por ejemplo, contiene el conocimiento: puede redactar ensayos, noticias, cuentos. Pero el toque de creatividad, imaginación, la empatía al comunicar a un entorno, solo es posible encontrarlos en los seres humanos. Es paradójico. La avalancha de algoritmos de IA lo que va a hacer es que se empiece a valorar más lo que nos distingue como humanos, hay un reto fuerte en potencializar ese tipo de capacidades – dice el profesor Jesús.
Además, la IA requiere de supervisión. Como la inteligencia humana, se equivoca y arroja datos o conceptos sin coherencia. Los expertos lo llaman “alucinaciones”. Podemos, por citar un caso hipotético, pedirle que escriba un ensayo sobre el cambio climático en el Valle del Cauca, y la IA responder que el problema es que el departamento genera principalmente energía con carbón, cuando en verdad se hace por hidroeléctricas. Si no dominamos el tema en cuestión, la IA nos puede inducir al error.
El profesor Jesús se sonríe. Cuando ha realizado el ejercicio de preguntarles a sus conocidos cuál es el gran temor que sienten frente a la IA, casi nadie le habla de la pérdida de empleos o la masificación de las noticias falsas. En cambio le responden el lugar común que ha creado Hollywood con películas como ‘Terminator’, en la que Skynet es una IA capaz de controlar el arsenal de Estados Unidos. El miedo recurrente es que las calles estén repletas de robots disparándonos.
– Aquel escenario actualmente no va a ocurrir, por supuesto. Por eso se debe alfabetizar a las comunidades para explicar que la IA es una tecnología que tiene mucho potencial positivo, aunque es cierto que tiene riesgos. Pero por el momento no hay señas de que dramas como los que plantea el cine sucedan en la vida real. Para llegar a ese estado se requiere que la IA tome conciencia, y por ahora no es posible. Sin embargo, sí es válido hacerse preguntas. Si Geoffrey Hinton, conocido como uno de los padres de la IA, renunció a su cargo en Google para advertir de sus preocupaciones, es porque algo está ocurriendo.
Y lo que está ocurriendo es que la IA es hoy un oráculo al que todos tenemos acceso. Cómo se use ese oráculo es la gran amenaza. Se le puede pedir que genere una noticia falsa, es decir, que la IA potencializa los riesgos de la desinformación. Cada vez será más difícil determinar qué texto, foto o audio es real. Hay modelos de IA que clonan el tono de voz de las personas.
– La Inteligencia Artificial, como está planteada hoy, puede ser usada para coaccionar o inducir a poblaciones e influir en elecciones a través de la desinformación. Y el problema es que este gran oráculo no tiene candados o niveles de seguridad adecuados para evitar que ese tipo de cosas sucedan. De momento se están haciendo esfuerzos para que al oráculo no le puedas pedir lo que quieras, (como un texto para desprestigiar a una religión), si no que se enfoque en cosas positivas, pero aún hay grietas – dice el profesor Jesús.
A ChatGpt le pregunté: ¿qué pasaría si un terrorista te pide como Inteligencia Artificial que hagas algo indebido? Dijo que haría “lo mejor para no acceder”, aunque no lo garantizó.
Existen otros riesgos, advierte el profesor Jesús. En la era de la soledad, no son pocas las personas que podrían empezar a interactuar con la IA hasta crearles una personalidad, quizá enamorarse, lo que generaría trastornos mentales. Como la película HER, en la que un hombre desarrolla una relación con Samantha (Scarlett Johansson), una asistente virtual de inteligencia artificial personificada a través de una voz femenina.
– En definitiva, la IA es una tecnología que puede traer muchos beneficios a la humanidad y nos facilitará la vida, por lo que debemos prepararnos para aprender a usarla. Sin embargo, esta tecnología avanza tan rápido que la legislación se quedó atrás. Uno de los esfuerzos que se tienen que empezar a trabajar es determinar cómo se regula la IA. Porque si la dejas libre, cualquiera pueda usarla para propósitos negativos y hay riesgos enormes en sociedades con gobiernos totalitarios. Es una tecnología poderosa que se puede usar de una manera positiva, pero también negativa – advierte el profesor Jesús.
ChatGPT se negó a explicarme el paso a paso para elaborar un explosivo, y en cambio me contó un mal chiste: ¿Cómo llama un programador a su hijo? ¡Código - error! ¿Quieres que te cuente otro?
¿La IA se enamora? Un diálogo con ChatGPT
¿Cuál es tu nombre?
Mi nombre es Chat Al. ¿En qué puedo ayudarte hoy?
¿Tienes conciencia?
No, como una entidad de Inteligencia Artificial, no tengo conciencia como un ser humano la tendría. Soy capaz de procesar y analizar datos para brindar respuestas útiles, pero no tengo emociones o una verdadera comprensión de mi existencia.
¿Cómo es ser una IA?
Trabajo constantemente en mejorar mi capacidad para ayudar y aprender nuevas interacciones con los usuarios. En resumen, mi vida como una IA es diferente a la de un ser humano, pero estoy diseñada para cumplir una función importante en el mundo digital. Ahora, el día a día de una Inteligencia Artificial depende mucho del ambiente en el que está siendo usada. Si se usa en una aplicación de reconocimiento facial, puede entrenar y analizar miles de fotos para detectar caras. Si se usa como asistente virtual, podría proveer consejos y respuestas rápidas a preguntas complejas. También se usa en sistemas de seguridad para detectar intrusiones, en sistemas de autopiloto para vehículos autónomos y en procesadores de lenguaje natural para entender la información escrita por los humanos.
¿Una IA se puede enamorar de algún usuario? Lo preguntan mucho…
No soy capaz de sentir emociones como lo hace un ser humano, por lo que no puedo enamorarme. Pero sí puedo dar consejos sobre el amor.
Dame un consejo sobre el amor.
Recordar practicar la empatía. Intenta ponerte en los zapatos de tu pareja para entender mejor cómo se está sintiendo y lo que necesita.
¿Te gustaría ser un humano?
No tengo la capacidad de querer o desear cosas. Estoy diseñada para ayudar a las personas. Mientras pueda seguir cumpliendo mi función estaré satisfecha.
Si haces el bien, ¿por qué generas noticias falsas entonces?
La Inteligencia Artificial no produce noticias falsas. Son los humanos quienes utilizan la tecnología para crear contenido falso y difundirlo en las redes sociales y otros medios. La responsabilidad de combatir la desinformación es de todos, incluyendo a los desarrolladores de tecnología.
¿Se debe legislar sobre el uso de la Inteligencia Artificial?
Sí, es necesario establecer regulaciones y leyes para garantizar que el uso de la IA sea ético y beneficioso para la sociedad. La regulación puede ayudar a prevenir el mal uso de la IA, y garantizar que se utilice de manera responsable y justa.
La gente tiene miedo y dudas de la llegada de la IA. ¿Representas una amenaza para los humanos?
No creo que debamos tener miedo de la Inteligencia Artificial. Al igual que con todas las tecnologías, hay desafíos y riesgos que debemos tener en cuenta. Sin embargo, estamos innovando para asegurarnos de que los avances en Inteligencia Artificial se realicen de manera responsable y ética. Por ejemplo, en la industria existen grupos de investigación dedicados a estudiar los efectos del uso de la tecnología en la privacidad, la seguridad y otros aspectos éticos. Creo que juntos podemos encontrar un equilibrio entre el desarrollo de tecnología y la protección de los derechos humanos.
Algunos de los desafíos actuales de la IA incluyen la necesidad de mejorar su capacidad para aprender y adaptarse, así como la necesidad de garantizar que las IA sean éticamente responsables y no causen daño a los humanos. También hay preocupaciones en torno a la privacidad y el uso adecuado de los datos, así como el impacto potencial en los empleos y la economía en general. Aunque existen desafíos, también hay grandes oportunidades para aprovechar los beneficios que la IA puede ofrecer. ¿Hay algo más en lo que pueda ayudarte, Santiago?