Este martes la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas de la Justicia Especial para la Paz, JEP, revocó el sometimiento del excongresista Álvaro Antonio Ashton, por los delitos de concierto para delinquir agravado, cohecho por dar u ofrecer y amenazas y revocó el beneficio de libertad transitoria, condicionada y anticipada que le había otorgado al excongresista.
Estas determinaciones fueron tomadas por la Sala de Definición tras considerar que los aportes entregados por el excongresista fueron “insuficientes, vagos y sin fundamento, y no cumplieron con los presupuestos exigidos, tanto así que sus aceptaciones de responsabilidad y explicaciones suministradas a la JEP no superaron lo demostrado en su contra en la jurisdicción ordinaria, que es el umbral exigido en la justicia transicional”.
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La Sala agregó que el aporte entregado por Ashton “no es significativo y no conduce a la construcción de una verdad colectiva, pero además, deja advertir la falta de franqueza en sus dichos y la actitud contumaz frente a la poca o casi nula satisfacción de los principios del Sistema (Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición)”.
Todo esto porque, según la Sala, Ashton no suministró información exhaustiva, clara, precisa y detallada por lo que la JEP no recibió un aporte que contribuya al esclarecimiento de patrones de macrocriminalidad relacionados con la región del Atlántico o con el fenómeno de la cooptación de las entidades estatales por parte de las AUC como una forma de control territorial, a pesar de las múltiples declaraciones que entregó.
Por estas razones la JEP indicó que las actuaciones de Álvaro Antonio Ashton volverán a la justicia ordinaria.
No cumplió lo prometido
Ashton había sido aceptado por la JEP en 2018 por los delitos de concierto para delinquir, por su relación con grupos paramilitares; por cohecho, por lo relacionado con el presunto soborno entregado para ser favorecido en procesos judiciales y por amenazas que habría proferido en contra de un ciudadano privado de la libertad.
El proceso por sus vínculos con paramilitares relata que entre 2004 y 2006, Ashton Giraldo se reunió con los comandantes del bloque norte de las autodefensas. Dice el expediente que lo que buscaba era recibir apoyo de la organización, “traducido en beneficios burocráticos y políticos en Magdalena y Atlántico para consolidar y asegurar su aspiración al Senado de la República”.
Su aporte a la verdad de este proceso estaba relacionado con la versión de cómo su sobrino, Fabián Ashton, fue empleado del Hospital Materno Infantil de Soledad (Atlántico), entidad cooptada por el frente José Pablo Díaz de las estructuras paramilitares entre 2004 y 2006, pero no entregó suficiente información al respecto.
Sobre el proceso de las irregularidades en el trámite de procesos en la propia Corte Suprema de Justicia se ordenó una investigación porque en su momento Ashton Giraldo con el concurso del entonces magistrado Francisco Javier Ricaurte habría pagado para verse favorecido en expedientes en su contra.
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Dice la investigación que a través de Ricaurte y posteriormente por intermedio de Luis Gustavo Moreno (quien años después llegó a la Fiscalía como fiscala anticorrupción) entregó unos 600 millones de pesos para que en el alto tribunal se dilatara el proceso de concierto para delinquir por sus nexos con los paramilitares.
En esas pesquisas se dice que los dineros iban a ser entregados a los magistrados Gustavo Enrique Malo y José Leonidas Bustos.
En los escritos con los que solicitó su comparecencia destacó que contaría los servicios que supuestamente contrató con el entonces abogado Moreno Rivera, hoy condenado en los Estados Unidos, pero según la JEP este hecho tampoco lo cumplió.
En lo que respecta a las amenazas, la denuncia fue interpuesta por Juan Francisco Segura Gómez quien asegura que Ashton ha proferido intimidaciones en su contra y demandas en su contra por presunto falso testimonio. Segura es uno de los declarantes en contra del excongresista en el delito de concierto para delinquir, por lo que la JEP también es competente para asumir el expediente, pero como lo anteriores sus aportes fueron insuficientes.