“Desespero” esa fue la palabra que utilizó el general Federico Mejía, comandante del Comando Específico del Cauca, luego que 15 militares, tres oficiales entre ellos, fueran víctimas de una nueva asonada por parte de un grupo de personas en Caloto (Cauca), quienes los obligaron de esta manera a retirarse de la zona, el pasado 25 de febrero.
“Lo que hemos visto en Caloto se traduce en el desespero de las estructuras al margen de la ley, en este caso de la Dagoberto Ramos, que en su afán por proteger sus cultivos, laboratorios y una minería ilegal, a través de todas estas finanzas criminales, pues la grave afectación que han sufrido en los últimos meses, del año, es lo que los ha tenido supremamente intranquilos, atormentados y muy preocupados y ante este escenario que se viene presentando no acude sino a una de las prácticas más cotidianas que estamos viendo y es la instrumentalización”, así lo manifestó el oficial.
El Comando Operativo de Estabilización y Consolidación Apolo se encontraban adelantando tareas de seguridad en la vereda Alto El Palo, del municipio de Caloto, en el norte del Cauca, cuando fueron rodeadas de forma violenta por un tumulto de personas quienes usaron la violencia para sacarlos del lugar.
Los hechos dejaron como resultado tres suboficiales y 12 soldados lesionados por golpes con objetos contundentes, uno de ellos presentó una herida por arma cortopunzante en la cabeza. Los uniformados fueron trasladados al Dispensario Médico de Cali para su atención médica.
Uno de los críticos de lo que ocurrió en Caloto fue el general (r) Eduardo Zapateiro, excomandante del Ejército Nacional, quien hizo un fuerte llamado al Gobierno, en cabeza del presidente Gustavo Petro y de su ministro de Defensa, Iván Velásquez.
“Ellos, como responsables máximos de la seguridad y defensa, son los obligados a garantizar un marco jurídico claro que comience por el respeto a la Fuerza Pública y blinde a sus hombres en el desarrollo del cumplimiento de su misión constitucional”, sostuvo el general Zapateiro.
Además, precisó: “Hoy las regiones y territorios de nuestro país están sin ningún control, lo cual solo traerá el debilitamiento de la seguridad y, con ello, el incremento de la violencia y criminalidad. ¿Entonces de cuál ‘paz total’, están hablando o queriendo vender a los colombianos y la comunidad internacional?”.
Instrumentalización por parte del EMC
Reportes del Ejército Nacional dan cuenta que solo en el mes de febrero, las tropas han sido objeto de cuatro asonadas en varios municipios del departamento.
El Ejército ha explicado en varias ocasiones que estos hechos son el producto de la instrumentalización de comunidades por parte de grupos armados organizados del Estado Mayor Central en cabeza de ‘Iván Mordisco’.
“Bajo la instrumentalización de las comunidades, estarían siendo empleados como estrategia para impedir el desarrollo de operaciones militares contra el narcotráfico que a la fecha dejan como resultado más de 25 toneladas de marihuana incautadas, así como la destrucción de laboratorios para el procesamiento de cocaína”, expresó el Ejército.
Agregó que “las operaciones militares son legítimas y coadyuvan a generar condiciones de seguridad y de garantía del goce de los derechos de la población civil”.
Frente a este panorama, desde el Ejército anunciaron que interpondrán las denuncias respectivas por el delito de asonada, entre otras conductas punibles que pudiesen configurarse, ante las autoridades competentes.
Asimismo, hicieron un llamado a la comunidad a no obstruir las operaciones militares, ya que esto puede constituir delitos como los consagrados en los artículos 429 y 469 del Código Penal Colombiano.
*Con información de Colprensa