La semana pasada, las autoridades confirmaron la detención de Henry Loaiza, conocido como “el Alacrán”, quien anteriormente lideró el extinto Cartel de Cali y actualmente se dedicaba a la delincuencia en Tuluá.
Según su historial, se sospecha que “Alacrán” participó en la matanza de Trujillo, en la que perdieron la vida al menos 300 habitantes de este municipio vallecaucano entre 1986 y 1994.
En ese momento, se estableció una peligrosa asociación entre “El Alacrán”, Diego Montoya, apodado “Don Diego”, y ciertos miembros de la Fuerza Pública. La cooperación provocó desplazamientos forzados, homicidios selectivos y posibles desapariciones. Según los autores de la masacre, las víctimas eran miembros de la guerrilla de las Farc.
En un importante operativo llevado a cabo por la Fiscalía General de la Nación y la Policía, se logró desmantelar una peligrosa organización delictiva que se dedicaba a la extorsión y la comisión de homicidios con violencia en todo el país. Esta organización criminal estaba liderada por criminales reconocidos en el país, algunos de los cuales habían pertenecido al extinto Cartel de Cali durante las décadas de los 80 y 90.
El operativo
En la operación conocida como Catarsis III, se llevaron a cabo simultáneamente en los municipios de Facatativá, Cundinamarca y Tuluá, Valle. Durante esta operación, Henry Loaiza Ceballo, alias “Alacrán”, fue capturado como líder de esta organización criminal.
Según informes de las autoridades, fueron necesarios 80 comandos Lobo para realizar toda la captura, esto ya que el Alacrán era un objetivo de alto riesgo, como lo catalogaron.
Los comandos eran conscientes de la gran peligrosidad del objetivo, ya que en el pasado había supervisado el aspecto militar del cartel y poseía experiencia en la guerra. El uso de drones fue crucial en la operación sorpresa, ya que se monitorearon los movimientos del exmafioso.
Según las autoridades, el excapo tenía conexión con las nuevas generaciones que se dedican al narcotráfico de bajo perfil. Loaiza Ceballos fue capturado por la Fiscalía debido a las relaciones ilegales y los delitos de concierto para delinquir y extorsión.
Durante la misma operación, también fue arrestado Nelson Albeiro Marín García, conocido como Marín, quien era su asistente o lugarteniente y era responsable de organizar las extorsiones de este grupo delictivo.
Se dice que Alias Marín era miembro de las Farc extintas e incluso recibió una acreditación de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz en 2017 después de las negociaciones de paz, en las que obtuvo un proyecto productivo. Sin embargo, después de ese momento, continuó cometiendo delitos.
Así lo localizaron
Después de cumplir una sentencia en los Estados Unidos por tráfico de drogas, Loaiza se estableció en Puerto Asís, ubicado en Putumayo, donde participó en la organización criminal llamada “La Constru”, con la que seguía teniendo conexiones con el crimen organizado.
“El Alacrán” comenzó a crear una falsa identidad de hombre religioso para evitar ser localizado por las autoridades. De acuerdo con varios residentes del barrio La Floresta en Puerto Asís, Loaiza solía pasear por las calles del área con una Biblia debajo del brazo.
El operativo comenzó a mediados de este año, cuando el director de la Policía Nacional, el general William Salamanca, solicitó a la Dipol que rastreara a él y a todos los antiguos narcotraficantes que estaban escondidos. Esto es posible gracias a la cooperación con los Estados Unidos y otras agencias de investigación.
Después de la investigación, se descubrió que “el Alacrán” era el líder de una banda en Tuluá, donde se realizó una operación recientemente. Sin embargo, las actividades delictivas de la excapo del Cartel de Cali también se extendieron a los departamentos de Bolívar, Putumayo, Magdalena y Cundinamarca.