El popular Aguardiente Amarillo que se venían posicionando cada vez más en el departamento de Cundinamarca y en Bogotá, dejó de circular en los últimos días por determinación de la Gobernación de Cundinamarca. Esta es una medida de protección regional para mantener el mercado del licor propio de esta región.
La cuestión es muy sencilla, pero afecta seriamente las ganancias de un departamento colombiano. Todo se debe a que el apetecido Aguardiente Amarillo es producido por la Industria de Licores de Caldas, de la Gobernación caldense, por lo que sus ventas no benefician a Cundinamarca, cuya Gobernación administra la Empresa de Licores de Cundinamarca, productora del Aguardiente Néctar, el licor por el que se reconoce este departamento, el cual buscan proteger con esta medida.
De hecho, en un decreto en 2019, emitido por la Gobernación de Cundinamarca, ya se había prohibido la venta de Aguardiente Amarillo en este territorio.
Pero, este lunes, 20 de noviembre, inició una nueva querella por la distribución de licores en este departamento. Según informó Blu Radio, en la Cámara de Comercio de Bogotá abrieron un tribunal de arbitramento sobre la comercialización de los productos de la Empresa de Licores de Cundinamarca. En esta ocasión, la Empresa de Licores de Cundinamarca debe enfrentar las demandas de RepCo, la empresa que se encarga de distribuir los licores de esta empresa.
En el pleito, RepCo exige 3.000 millones de pesos, por lo que considera inconformidades en el cumplimiento del contrato que tenía con la empresa de licores mencionada.
Según explicó Juan Pablo Estrada, abogado y vocero de la Empresa de Licores de Cundinamarca, sus representados no comparten “las peticiones de RepCo y así lo hará valer en el seno de ese tribunal de arbitramento en donde no solo ejercerá su defensa, sino que muy seguramente formulará una contrademanda porque el equipo legal de la empresa de Licores de Cundinamarca, de la que yo hago parte, considera que se han presentado unas circunstancias que pueden constituir un eventual incumplimiento de las obligaciones a cargo de RepCo”.
Sebastián Nohra, periodista de la cadena Blu Radio, sintetizó el pleito de esta forma: “Me pongo en los zapatos de RepCo, que tiene un plan financiero con unas botellas a las que les está yendo muy bien, y si prohíben su entrada, esos ingresos esperados ya no están”.
En el informe del medio, también indicaron que las botellas de Néctar que compra RepCo a Licores de Cundinamarca, las cuales debe distribuir en su territorio, se le estarían quedando en las estanterías, mientras las de Aguardiente Amarillo tienen más salida. Es decir, que la misma empresa distribuye dos marcas de licores que son competencia, en el territorio donde solo una debe privilegiarse, cuando se impone la prohibición, la empresa distribuidora denuncia pérdidas y de ahí la demanda.
Pero los involucrados serían más, porque la Empresa de Licores de Cundinamarca al parecer está organizando una demanda contra la Industria de Licores de Caldas, que estaría beneficiándose porque su producto estrella Aguardiente Amarillo ha tenido mucha popularidad en este departamento.
Al respecto, pero sin profundizar en el asunto, el abogado Estrada comentó que Licores de Cundinamarca emprenderá acciones legales en contra de la Licorera de Caldas. Anunció que “se están preparando una serie de acciones legales que la empresa de Licores de Cundinamarca considera pertinentes para defender sus derechos y los derechos de los cundinamarqueses”.
El abogado aludió en sus declaraciones, que en el pleito de estas empresas de licores hay otras circunstancias agravantes para tener en cuenta, puesto que tendrían identificadas conductas que atentan contra las normas que regulan el derecho a la libre competencia de los mercados en Colombia, lo que estaría afectando severamente las ventas de la marca de licor departamental.