Popayán vivió una jornada de terror y muerte por los violentos enfrentamientos entre centenares de manifestantes e integrantes de la Policía Nacional.
Por más de ocho horas, las calles de la ciudad se convirtieron en el escenario de batallas campales, las cuales terminaron con la vida de un estudiante universitario, la destrucción total de las instalaciones de la Unidad de Reacción Inmediata, URI, de la Fiscalía y de Medicina Legal y otros actos vandálicos contra sedes policiales y monumentos de la ciudad.
La nueva víctima mortal de estas protestas fue identificada como Sebastián Quintero Múnera, estudiante de quinto semestre de ingeniería informática del Colegio Mayor del Cauca.
De acuerdo con la versión de otros manifestantes, el joven falleció luego que una granada aturdidora impactara su cuello. Gravemente herido, fue llevado a un centro asistencial del sur de la ciudad, pero ya no registraba signos vitales.
La muerte del joven caldeó aún más los ánimos y los jóvenes arremetieron con todo contra la fuerza pública, cuyos integrantes buscaban proteger las instalaciones de la URI, luego de facilitar la evacuación del personal.
El caso de la joven de 17 años de edad que se suicidó el jueves, luego de denunciar haber sido agredida sexualmente por agentes del Esmad que la aprehendieron la noche del miércoles, desató la ira de los jóvenes que participan en el paro, de ahí que tumbaron varias estatuas, entre ellas la del general Francisco de Paula Santander.
Los manifestantes terminaron quemando las instalaciones judiciales donde fue llevada la adolescente. Posteriormente se registraron saqueos al lugar, donde se instauraban las denuncias por violencia de género y agresiones a los menores. La fuerza pública se retiró del sitio.
"Hay muchos cuerpos esqueletizados en la sede, en el segundo piso, son personas que están siendo buscadas por sus familiares. Hay evidencias de casos judiciales en esta parte de la sede. Un archivo desde 1987 con información de personas desaparecidas, cuerpos sin identificar, casos judiciales en investigación. Insumos y bienes múltiples construidos con años de gestión, perdidos", denunció Judy Hernández, directora de Medicinal Legal en el Cauca
De acuerdo con testigos, algunos de ellos habitantes del sector, los vándalos se llevaron varias armas de fuego, amplios cargamentos de marihuana, computadores, sillas, escritorios, luego que irrumpieron en el lugar para robar lo que consideraban de valor.
Incluso la prensa fue víctima de intimidaciones en medio de los saqueos y los disturbios.
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Varios carros inmovilizados en procedimientos judiciales, y que estaban en el parqueadero interior de la URI, terminaron en cenizas. Los archivos y otras oficinas usadas para la judicialización de las personas terminaron en escombros.
Esa escena, después, se trasladó a los barrios de la ciudad, donde los manifestantes mantuvieron la confrontación con la Policía, en medio de la cual se registraron disparos.
Los ciudadanos se dieron a la tarea de informar en las redes sociales de muchachos que no regresaron a casa, porque permanecían en los enfrentamientos. Otros quedaron atrapados entre las batallas callejeras, de ahí que el toque de queda los sorprendiera en lugares apartados de sus casas.
Varios jóvenes fueron auxiliados por habitantes de los barrios en los que se registraban las confrontaciones e incluso les brindaron refugio y techo para pasar la noche.
También, y como forma de protesta por esta situación, las personas empezaron un 'cacerolazo' que se extendió bien entrada la noche en varias comunas de la Ciudad Blanca.
“La cifra de heridos es difícil de establecer, paramédicos y enfermeros voluntarios instalaron puntos de atención en los sectores donde se registraban los choques con la fuerza pública para auxiliar a los pelados que resultaban heridos, muchos de ellos por granadas aturdidoras”, relataron personasque ayudaron a atender la situación.
A pesar de la insistencia de varios medios de comunicación a las autoridades para que se pronunciaran, estas se abstuvieron de hacerlo.
El ministro de Defensa, Diego Molano, y la cúpula militar llegaron a la capital del Cauca para anunciar las acciones que van adelantar para tomar el control de esta zona del país, entre ellas el despeje total de la vía Panamericana, donde comunidades campesinas e indígenas protestan, bloqueando este corredor vial.