El reciente secuestro de 28 policías y un militar en El Plateado, Cauca, no solo evidenció la vulnerabilidad de las fuerzas del orden en algunas regiones del país, sino que también dejó al descubierto la sofisticada estructura criminal detrás de esta operación.
El frente Carlos Patiño, una de las disidencias más violentas de las extintas Farc, estuvo detrás del hecho, utilizando tácticas que incluyeron la movilización de la comunidad local para encubrir sus acciones.
De acuerdo con información de inteligencia militar, el Frente Carlos Patiño es una organización armada que opera principalmente en Cauca y Valle del Cauca, dedicándose a actividades ilícitas como narcotráfico, minería ilegal, extorsión y ataques a la fuerza pública. Este grupo, que nunca se acogió al acuerdo de paz firmado en 2016, mantiene un conflicto activo con el Estado y otros grupos armados por el dominio de zonas estratégicas.
La estructura cuenta con aproximadamente 416 integrantes, de los cuales 372 están armados y 44 cumplen funciones logísticas. Su nivel de organización quedó en evidencia con el secuestro de los uniformados, el cual, según las autoridades, fue planeado con meticulosidad.
Según la inteligencia militar, la operación fue dirigida por alias ‘Kevin’, identificado como el cabecilla principal de la estructura. Desde diferentes puntos estratégicos, alias ‘Giovanny Armero’ y ‘Edwar Ramírez’ coordinaron las acciones criminales utilizando amenazas y presiones para forzar la participación de la comunidad en el operativo.
Los cabecillas convocaron a cerca de 1.000 personas en puntos estratégicos como La Ceiba, el Basurero y el centro poblado de El Plateado, ubicaciones claves donde se procesan cultivos ilícitos. El objetivo era proteger los enclaves cocaleros y desplazar la presencia de la fuerza pública en la zona.
Otros integrantes identificados como alias ‘Dumar’, ‘Farley’, ‘Kike’, ‘Zamora’ y ‘Chiqui’ coordinaron el desplazamiento de campesinos desde municipios cercanos para camuflar a los hombres armados entre la población civil, dificultando una respuesta inmediata del Ejército y presentando el secuestro como una protesta social.
Desarrollo del secuestro de los uniformados
El 7 de marzo, decenas de personas, bajo las amenazas del frente Carlos Patiño, rodearon el puesto de Policía y el Ejército en El Plateado, desarmaron a los uniformados y los retuvieron contra su voluntad. Videos en redes sociales mostraron cómo los secuestradores exigían el retiro de la fuerza pública de la zona como condición para la liberación de los retenidos.
El Ministerio de Defensa anunció que los uniformados serían liberados, pero el proceso se complicó debido a los enfrentamientos en la zona y la muerte de un civil, incidente atribuido a la Segunda Marquetalia, otra disidencia de las Farc. Este evento generó tensión adicional y retrasó las negociaciones.
Finalmente, tras varias horas de tensión, los 29 uniformados fueron liberados. Sin embargo, este episodio dejó al descubierto la capacidad operativa del frente Carlos Patiño y los retos que enfrenta el Estado para restablecer el orden en regiones donde los grupos armados ejercen una fuerte influencia.
La situación en Cauca y otras zonas del suroccidente del país sigue siendo un desafío para las autoridades que buscan frenar el avance de estas estructuras criminales y recuperar el control del territorio.