El sueño aplazado por décadas de tener una vía al mar en el departamento del Cauca, que comunique a Popayán con el océano Pacífico, están a punto de lograrlo los grupos armados ilegales, con las mismas comunidades, a través del cañón del Micay.
Esta vía, cuya construcción se inició en el 2017 sin estudios técnicos ni ambientales y sin ningún tipo de permiso, parte desde el corregimiento de Huisitó, en el municipio de El Tambo, y continúa por todo el cañón del río hasta el municipio de López de Micay, a través del corregimiento de El Plateado, bastión de la disidencia de ‘Iván Mordisco’ y escenario del mayor conflicto que se libra hoy en Colombia.
Aunque en su momento el exgobernador Elías Larrahondo denunció ante la Fuerza Pública y el Gobierno Nacional que esta obra ‘fantasma’ estaría favoreciendo el narcotráfico y la minería ilegal, la complejidad de orden público en la zona no permitió que el Estado pudiera tomar alguna acción para impedirla.
Hoy, a través de redes sociales como Instagram y TikTok, se observa una vía ancha, sobre tierra, entre la montaña herida e inmensas cultivos de hoja de coca, el principal producto de la zona y la que fue la mayor fuente de financiamiento de esta carretera, por donde transitan motocicletas y vehículos, incluso una ruta de transporte público.
Y aunque para el Gobierno Nacional es claro que esta carretera es ilegal, pese a que conecta por tramos con vías legales del orden nacional, departamental o local, algunos sectores de la comunidad le aseguraron a El País que la vía es comunitaria y se hizo con recursos de la misma ciudadanía y ante la necesidad de comunicarse con otras veredas y municipios.
“La vía que hicimos y que conecta a Huisitó por abajo de la vía al mar es una carretera comunitaria. De Huisitó a Honduras fue un tramo de 29 kilómetros (...) y El tramo que conectó a Honduras con San Juan y El Plateado fue otra variante que hizo la comunidad del otro lado”, explica Ana Jolby Pérez, quien integró la Junta de Acción Comunal del corregimiento de Huisitó en la época en que iniciaron las obras.
A punto de llegar al Pacífico
Mapas satelitales permiten ver que la vía (Ver imagen central) sale desde Huisitó a El Plateado y conecta luego en dirección al océano Pacífico con sectores como San Juan, Honduras, Betania, Aguas Claras y Nayita, para terminar cerca al municipio de López de Micay.
“Lo que tengo entendido es que la vía llega a Aguas Claritas y que para seguir hacia el municipio de López le toca seguir por motor, por el río”, indica la exdirigente comunal.
Sin embargo, fuentes en el municipio de Argelia, al que corresponde el corregimiento de El Plateado, indicaron que la vía a quienes más favorece es a los grupos armados para el negocio del tráfico de drogas y el movimiento de precursores químicos.
“Para esa carretera, los cocaleros, los que tenían su finca, debían pagar $1500 pesos por cada arroba de hoja de coca producida; los comerciantes del pueblo fueron obligados a destinar un aporte de acuerdo al tipo y el tamaño de negocio que tenían; a los propietarios de vivienda se les exigió también un aporte para abrir esa vía y una empresa de transporte público, Transtambo, hizo también un aporte”, asegura la fuente bajo reserva de su identidad.
El valor por kilómetro, según información dada a El País, fue de $52 millones, sin incluir la construcción de puentes ni obras de alcantarillado. Ese precio era solo por operadores de maquinaria y explosivistas que iban destruyendo roca donde era necesario.
“Allá el único aval que hubo fue el del ELN, que también hizo un aporte económico, y el de las disidencias cuando tomaron el control. Pero la vía fue impuesta porque incluso el papel principal de los grupos armados fue presionar y amenazar a las personas que no querían pagar la cuota que obligaron a dar”, dijo la fuente.
Entre la normativa impuesta por los grupos armados estaban también algunas exigencias a los contratistas de la maquinaria y sus trabajadores, quienes no solo debieron contar con un permiso especial para ingresar en esa zona del cañón del Micay, sino que tenían prohibido tomar fotografías.
Al respecto, la líder comunal Ana Jolby Pérez insistió en que “fue una vía 100 % comunitaria que contó también con ramales de vía hacia las veredas que para ese entonces estaban incomunicadas por carretera”.
“Al principio fue difícil meter la vía en el corazón de la gente, entre otras cosas porque todo mundo quería que le pasara por la casa, pero apenas les pasaba por su vereda y veían los beneficios, más personas se sumaban a la causa y ayudaban a convencer a los otros que estaban reacios a dar el aporte para una obra que terminó beneficiando a todos”, explica Ana Jolby.
El exalcalde de El Tambo Carlos Alberto Vela, aseguró que la vía no es la que se tiene proyectada para conectar a Popayán y Pacífico mediante un puerto similar a Buenaventura. “Esa es una vía sin normas técnicas de ingeniería, con muchas curvas forzadas, de difícil acceso y por donde no transita un vehículo si no es 4x4, pero ha facilitado la comunicación en el cañón del Micay”.
“A la vía al mar se le hizo fase 1 y se contrató la fase 2, pero por orden público no se continuó. Iba desde Popayán a El Tambo y luego a El Plateado para salir hacia Guapi que es donde hay una bahía de gran calado”, recordó Vela, quien fue además secretario de Obras de El Tambo entre 1996 y el 2003.
El sueño de la vía al mar para el Cauca sigue aplazado porque el cañón del Micay es un lugar donde el Estado no ejerce autoridad. Incluso la Fuerza Pública ha sido retenida y sacada en varias ocasiones y ha tenido que mediar la Defensoría del Pueblo para lograr que la comunidad los libere.