Se siguen conociendo nuevos detalles sobre las presuntas interceptaciones ilegales a Marelbys Meza, exniñera de Laura Sarabia, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia y mano derecha del presidente Gustavo Petro.
La investigación, de la que hasta ahora se conocen nuevas versiones, busca esclarecer por qué la trabajadora fue sometida a escuchas ilegales, pruebas de polígrafo, persecución y otras acciones violatorias a sus derechos.
El propósito del presunto montaje contra la trabajadora era indagar sobre qué ocurrió con la maleta que desapareció de la casa de Sarabia con una cifra que oscilaba entre 4.000 y 7.000 dólares en efectivo y documentos.
Y, aunque inicialmente los uniformados involucrados no hicieron alguna confesión, más de un año después del inicio de esta trama, la investigación ha arrojado detalles de lo que ocurrió después del hurto en el apartamento de Laura Sarabia.
La semana pasada, ante un juez de Conocimiento, patrulleros de la Policía reconocieron que por órdenes de sus superiores incluyeron a Marelbys Meza y a Fabiola Perea, también extrabajadora de Sarabia, en un listado de presuntos aliados del Clan del Golfo para legalizar la interceptación de sus teléfonos.
“Digamos que en ese entorno la orden era que tocaba interceptar esos números, que era el ‘caso de Presidencia’ o una orden de Presidencia, entonces que tocaba hacerlo o hacerlo”, aseguró el intendente Alfonso Quinchanegua, quien detalló ante un fiscal delegado, cómo se planearon y ejecutaron las “chuzadas”.
Según reveló SEMANA, el domingo 29 de enero de 2023 los primeros en llegar al apartamento de Sarabia luego del robo fueron los patrulleros Germán Alonso Cabana y José Sebastián López, quienes sostienen que fueron presionados para manipular los informes con la declaración de la exniñera.
El patrullero López reveló que el intendente Quinchanegua le pidió modificar la entrevista a Marelbys Meza y su jefe, el capitán Mojica, ratificó que “había que hacerlo”.
Luego de recolectar todo el material que serviría de prueba en el caso, la información quedó en manos de un grupo de patrulleros que se habría encargado de hacer todo un “montaje” judicial en contra de la extrabajadora de la alta funcionaria.
Dana Canizales, otra de las patrulleras que está colaborando con la justicia, contó a la Fiscalía que fue el capitán Óscar Leonardo Mojica, entonces jefe del grupo de hurto a residencias de la Sijín, quien le pidió modificar información aportada por una de las fuentes.
“Me dijeron que era una información de Presidencia, de la Casa de Nariño, pues nunca me imaginé que en Presidencia fueran a montar alguna mentira”, detalló la uniformada, quien, según su versión, colocó su firma en el informe porque confiaba totalmente en el capitán Mojica.
Otro de los testigos, el patrullero Cabana, relató que sus jefes incluyeron entre las pruebas una supuesta fuente que responsabilizaba a Marelbys Meza del hurto al apartamento.
“Hay un informe del 31 de enero, pero yo no lo hice... mi intendente Quinchanegua se disgustó, hubo como un choque y me dijo “ese fue el informe” y le dije que no, porque aparece un anexo que no había adjuntado yo”, contó el patrullero Cabana en su declaración.
Al ser interrogado sobre las fechas en que iniciaron las escuchas, el intendente Quinchanegua detalló que las interceptaciones habrían iniciado en febrero de 2023 tras una reunión sostenida en el piso 13 de las instalaciones de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian).
La orden habría sido dada días después de que Marelbys fuera sometida al análisis con el detector de mentiras.
Sobre los participantes en esa reunión, el oficial indicó que estuvieron presentes “el señor coronel Dávila y le seguía el señor mayor Duván Muñoz, quien dirigía y daba las órdenes”. Cabe recordar que el Coronel Óscar Dávila, fue hallado muerto días después de que estalló el escándalo por la prueba del polígrafo, en un procedimiento lleno de cuestionamientos, a la señora Marelbys.
Además de los uniformados involucrados, la semana pasada se conoció el relato de Marelbys, quien guardaba silencio desde que su rostro saltó a las portadas de todos los medios del país tras ser señalada como responsable del robo a Sarabia.
“Mi vida se acabó a partir de ese momento: a nivel laboral, a nivel personal... otra cosa, por ejemplo, la salud de mi familia. Yo, la verdad, siempre he dicho que yo no he robado nada. Yo no he cogido absolutamente nada”, ratificó la mujer sentada ante un juez.