Una grave situación de violencia se vivió este jueves en San Vicente del Caguán, Caquetá, donde un policía y un civil murieron en medio de enfrentamientos entre campesinos y miembros de la Fuerza Pública que dejaron varias afectaciones al orden público.
Según se conoció, 79 policías fueron retenidos por manifestantes en medio de confrontaciones por una incursión de la llamada guardia indígena en la vereda los Pozos, donde opera la empresa petrolera Emerald Energy.
Además de los miembros de la Fuerza Pública, los campesinos retuvieron a nueve trabajadores de la empresa petrolera, después de que las protestas se salieran de control.
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En la noche del jueves tres contratistas de la Emerald Energy fueron liberadas. “Tres funcionarias o contratistas se encuentran ya en el municipio de San Vicente del Caguán, así como el cuerpo del policía que fue asesinado en la zona. También un policía que sufrió un ataque nervioso y se encuentra en condición de parálisis”, dijo Sandra Rodríguez, secretaria de Gobierno del Caquetá.
Las manifestaciones se venían realizando desde el mes pasado, desde cuando la sede de la petrolera viene siendo cercada y los funcionarios de la misma han sido víctimas de intimidaciones.
Por esa razón, desde hace varios días 80 hombres del antiguo Esmad, de la Policía, hacían presencia en la base de la petrolera Esmerald Energy. Los uniformados fueron enviados al lugar por información de inteligencia sobre la eventual toma de la petrolera.
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Varios videos que circulan por redes sociales muestran cómo la protesta contra la empresa petrolera terminó en una fuerte confrontación con miembros de la Fuerza Pública. Incluso, en varios audios se escucha el llamado desesperado de algunos uniformados que solicitaban más apoyo de la Policía.
“No hay derechos humanos. ¿Central, qué estamos esperando, que nos acaben a todos?”. “Ya los compañeros se están quedando sin munición, necesitamos apoyo, central”, fueron algunos mensajes que se conocieron.
En medio de los enfrentamientos, murió el subintendente Ricardo Arley Monroy Prieto, de 39 años, quien llevaba 14 años en la Institución. Según trascendió, el cadáver del uniformado fue dejado en el salón comunal donde los otros policías estaban rodeados por campesinos. También murió Reynel Arévalo, de 60 años, un campesino que, al parecer, recibió un impacto de bala.
"Desconcierta la manera salvaje con la que acabaron la vida del señor subintendente Ricardo Arley Monroy Prieto, cuando protegía a personas atemorizadas por la arremetida de una jauría que privilegió el caos sobre el diálogo”, dijo el director de la Policía, el general Henry Sanabria.