Belisario Betancur es quizá uno de los mandatarios colombianos que afrontó -en menor cantidad de tiempo- una serie de situaciones que marcaron la historia reciente de Colombia.
Entre 1982-1986, cuatrenio de su Presidencia, el político conservador afrontó el terremoto de Popayán, el holocausto del Palacio de Justicia, la tragedia de Armero y la visita del papa Juan Pablo II.
Terremoto de Popayán
Belisario Betancur, quien nació en Amagá, Antioquia en 1923, tomó posesión como Presidente de Colombia el 7 de agosto de 1982. Siete meses después tuvo su gran prueba de fuego: el 31 de marzo de 1983 un terremoto de magnitud 5,5 sacudió a Popayán, Cauca.
Según los reportes oficiales, el movimiento telúrico duró 18 segundos y tuvo una profundidad de 16.5 kilómetros. Más de 300 personas murieron y alrededor de 10.000 quedaron sin techo.
Unas 3000 viviendas colapsaron, las bóvedas de los cementerios se abrieron y los cadáveres quedaron expuestos. Popayán quedó semidestruida.
Belisario acudió al lugar de la tragedia y destinó un equipo especial de ministros para iniciar la reconstrucción de Popayán. Con su lema "sí se puede" comenzaron los trabajos.
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Holocausto del Palacio de Justicia
La toma por parte del M-19 del Palacio de Justicia de Bogotá, el 6 de noviembre de 1985, fue uno de los episodios más lamentables que dejaron las confrontaciones armadas en Colombia.
El M-19 retuvo a magistrados y a un sinnúmero de personas que en ese momento hacían diligencias en ese sitio, por lo que Belisario ordenó entrar a sangre y fuego para retomar el Palacio.
Es quizá una de las decisiones que más le cuestionaron al expresidente, y por la cual en el año 2015 pidió perdón. Entre la toma y retoma perdieron la vida la mayoría de secuestrados y miembros del M-19.
Tragedia de Armero
El 13 de noviembre de 1985, fue la naturaleza la encargada de poner a prueba a Belisario: Armero fue azotado por una avalancha del volcán Arenas del Nevado del Ruiz que acabó con el pueblo.
El lodo sepultó las casas y cobró la vida de al menos 25 mil personas. Las autoridades locales apuntaron hacia el Gobierno Nacional como el único culpable de lo ocurrido.
En 2008 Leopoldo Guevara, entonces voluntario de la Defensa Civil, le dio una entrevista a El Espectador en la que contó, entre otras cosas, que fue el primero en sobrevolar la zona de la tragedia y darse cuenta de la magnitud de lo ocurrido.
“Llamé al Palacio Presidencial, hablé con Víctor G. Ricardo, entonces secretario general de la Presidencia, pero no creyó ni un ápice de lo que le contaba”, dijo en su momento.
Agregó que cuando Belisario llegó a la tragedia y vio la dimensión de lo ocurrido, Guevara lo encaró y le dijo: "ahora sí me cree, Presidente". Cuenta que el expresidente se echó a llorar.
Visita de Juan Pablo II
Con la antesala de tragedias naturales, la proliferación de grupos armados y un ascenso del narcortráfico, Belisario tuvo el reto de recibir el 1 de julio de 1986 al Papa Juan Pablo II, quien para muchos es considerado el Pontífice más popular del Vaticano.
Era la segunda vez que Colombia recibía una visita de un papa, tras la llegada de Pablo VI en 1968. Los ojos del mundo estaban en el país.
La visita de Juan Pablo II fue positiva y Belisario terminó su gobierno y pasó a la historia como uno de los presidentes de mayores desafíos.
Otros hechos
Sobre la Presidencia de Belisario también recae la histórica declinación de Colombia para ser sede del Mundial de Fútbol de 1986 -que fue albergado por México y donde se consagró Diego Armando Maradona con Argentina- porque, según el mandatario, la economía del país no estaba preparada para este evento.
A Belisario también se le atribuyen los primeros procesos serios de paz en Colombia con la guerrilla de las Farc.