En menos de 24 horas se conoció que la Superintendencia de Salud intervendrá a la EPS Sanitas y a la Nueva EPS, un hecho que dejó con muchos interrogantes a sus usuarios.
Desde hace meses el ministro Guillermo Alfonso Jaramillo había advertido que Sanitas es una de las EPS que más dinero recibe de la Nación por concepto del pago de las UPC, con giros superiores a los $31 billones entre 2019 y 2023.
A su vez, el jefe de cartera criticó las quejas de la entidad por supuestamente no tener dinero suficiente para asegurar su funcionamiento.
Por su parte, la crisis en la Nueva EPS es clara; A mediados de marzo, advirtió que en 2023 las pérdidas de la entidad sumaban los $411.000 millones, sobre todo porque los gastos superaron los ingresos de más de $14,7 billones que recibió en 2022.
El gasto médico al interior de esa EPS se elevó del 96,05 % en 2022 al 98,98 % en 2023, sumando un 3,5 % adicional en gastos administrativos, lo que resultó en un gasto que superó los ingresos, dejando un presupuesto deficitario.
Frente a esto, Gustavo Petro se pronunció a través de su cuenta en X y aseguró que: “En las EPS intervenidas habrá no solo un interventor sino una junta asesora configurada por representantes de las clínicas hospitales y proveedores a los que debe dineros la EPS y representantes de los pacientes”.
“Las IPS tendrán un sistema de anticipo de pagos de acuerdo al grado de estabilidad laboral de sus trabajadores. No habrá despidos masivos de trabajadore[a]s de las EPS intervenidas”, afirmó el mandatario nacional.
Así mismo, añadió que: “Todo(a)s los pacientes continúan con sus tratamientos y la atención continua sin problemas”.
Finalmente, Petro aseguró que “todas las EPS que cumplan los requisitos para mantenerse como aseguradores continuarán como hasta el día de hoy”.