En la institución educativa del barrio La Pamba de la ciudad de Popayán se hizo realidad la inclusión y el apoyo a los pequeños más vulnerables de la región.
Sí, gracias al liderazgo de varias docentes, entre ellas Luz del Sol Vesga Parra, 28 niños y niñas payaneses adelantan ahora su proceso académico con todas las de la ley, gracias a la aplicación de un modelo bilingüe para los integrantes de este grupo poblacional, el cual es único en la capital del Cauca.
“A finales del 2011 asistimos a un curso de formación para la enseñanza a niños y jóvenes sordos, me acuerdo de que sesenta docentes de Popayán recibimos la capacitación y en ese momento con el rector hicimos una profunda reflexión sobre este aspecto, más cuando en nuestra institución teníamos chicos con capacidad auditiva reducida”, relata la docente Luz del Sol Vesga Parra.
Desde ese momento, y buscando que los pequeños y jóvenes que enfrentan esta condición aprendieran lo mismo que los demás estudiantes, esta profesora inició este proceso prácticamente con las uñas, gestionando los recursos, enfrentándose judicialmente con las administraciones locales para que giraran los recursos a tiempo, pero más lo más importante, que respetaran los derechos fundamentales de estos pequeños.
“Asistimos también a unas capacitaciones del Insor, Instituto Nacional de Ciegos y Sordos, donde ya adquirimos las primeras herramientas para crear una aula exclusivamente para estos chicos al interior de la institución, me acuerdo de que todos los sábados íbamos a Cali a capacitarnos en la lengua de señas, en sistemas de bilingüismo y métodos para la enseñanza exclusivos para los integrantes de este grupo poblacional, todo esto lo hicimos hasta con recursos de nuestros propios bolsillos”, agrega Vesga Parra.
Después, y como no existía como tal el aula, tanto el recto y demás profesores edificaron el espacio den una la terraza de los salones de este plantel educativo, ubicado en pleno corazón del centro histórico. Así empezó todo y ahora ya cuenta con aulas dotadas con todas las herramientas necesarias para enseñarle a estos 28 niños y niñas.
“Fue una tarea que ahora valoramos mucho, porque el salón lo hicimos con elementos que teníamos a manos como guaduas, zinc, lonas, pero lo que más impactó es que se creó un espacio propio para nuestros estudiantes sordos, ya no estaban más expuestos con compañeros que supuestamente estaban en superioridad”, explica la profesora, quien llegó a Popayán desde Manizales para ejercer esa vocación de enseñar.
No fue fácil, porque estos profesores y directivas del colegio se vieron en la necesidad de capacitarse para poder aplicar este modelo, de ahí que empezaron asistir a cursos o diplomados para dominar la lengua de señas para así transmitir todos los conocimientos a los pequeños.
De esta forma arrancaron en este proceso que ahora tiene a ocho jóvenes egresados que adelantan sus carreras profesionales en reconocidas universidades del país, incluso algunos de ellos son modelos lingüísticos, quienes replican esta iniciativa. Gracias a este proceso, los padres que se avergonzaban porque sus hijos enfrentaban estas limitaciones ahora están sorprendidos porque son personas que se desenvuelven en diferentes campos de la sociedad.
“Alcanzamos metas de inclusión que ahora son modelos para otros países como Chile y España, tenemos también el apoyo de universidades para fortalecer esta iniciativa con asesorías, pasantías, en fin, construimos este modelo, el cual está funcionado desde el grado transición, primero y segundo en dos aulas paralelas, sigue tercero, cuarto y quinto y después el bachillerato con docente bilingües, modelos lingüísticos e interpretes, facilitando así enseñanza sin limitaciones”, puntualiza Luz del Sol Vesga Parra.