En la tarde de este miércoles 26 de julio, protestantes se tomaron la entrada del bioparque Ukumarí y vandalizaron algunos avisos después de que personal del establecimiento tuviera que matar a dos chimpancés que se escaparon de las instalaciones el pasado domingo 23 de julio.
“Desde el Ministerio de Ambiente lamentamos el mal manejo que se le dio a la situación y el resultado que se presentó con los chimpances que se fugaron en Risaralda de un zoológico. Estamos en este momento tomando las siguientes medidas después de haber estado al tanto de la situación. Primero, enviaremos una comisión de expertos en fauna silvestre y bienestar animal que empezará un recorrido por ese departamento, seguido de Cundinamarca, Cali y Barranquilla, para empezar a hacer evaluación de las condiciones y protocolos de mantimiento y manejo de estos animales. Segundo, se trabajará en una mesa de alto nivel con las corporaciónes autónomas regionales, quienes son las que autorizan el funcionamiento de estos sitios”, dijo.
La Ministra concluyó diciendo que “agradecemos a la ciudadanía por su interés y por la veeduría ciudadana para mejorar los estándares de conservación y manejo en estos centros de conservación de fauna silvestre que tienen a estos animales por fuera de su ecosistema natural y esperamos trabajar de la mano con ustedes para que esto se materialice.
¿Qué pasó con los chimpancés?
Sandra Correa, gerente del Bioparque, aseveró el pasado lunes, que los monos tuvieron que ser sacrificados antes de que le hicieran daño a una persona. “Se privilegió la vida de los cuidadores (de los chimpancés) y la de cualquier persona”. Es importante explicar que Pancho llegó a estas instalaciones del Parque Consotá, un centro vacacional de la Caja de Compensación Familiar (Comfamiliar), cercano al bioparque, y, según Correa, esto constituyó un “riesgo inminente” para las personas que se encontraban alojadas en las cabañas del lugar.
Con la polémica, muy viva, sobre si los chimpancés debían ser sacrificados o que si era la última opción, se han manifestado expertos. Uno de los que primero habló fue Luis Fernando Canizales Montoya, quien en su momento fue el exdirector del antiguo zoológico Matecaña. Este cerró hace ocho años y le dio paso al bioparque Ukumarí, ubicado en el sector de los cerritos. Finalmente, la polémica volvió a ponerse robusta debido a estas declaraciones.
Según Luis Canizales, la decisión de sacrificar a los animales fue la correcta. “En los parques zoológicos se tienen protocolos de seguridad para los diferentes eventos que se puedan presentar en la cotidianidad. Estos protocolos siempre buscan mantener la vida y el bienestar animal, pero también establecen que cuando la prioridad es superada por la posible pérdida o lesión de seres humanos ésta cambia y, con base en esto deben asumirse posiciones y decisiones diferentes”, aseveró Canizales.
De igual manera añadió que “en mi vida profesional estuve inmerso en varios eventos de escape de animales y estuve en dos ocasiones en la misma situación que la directora de Ukumari, dar la orden de disparar al ejemplar que se había escapado ante el peligro que se estaba dando con los profesionales que atendíamos la situación y con los vecinos del barrio circunvecino, porque los anestésicos usados para época no lograban el efecto deseado, la misma situación de estrés del animal no permitía que esto sucediera como debería ser”.