Colprensa / El Colombiano
La inundación en Santa Cruz, Antioquia dejó unos 700 damnificados, 9 viviendas con afectación estructural, 6 de ellas evacuadas temporalmente.
“Eso fue una cosa tremenda, como un chorro de agua disparado con una fuerza brutal. Todo el mundo salió corriendo. Y yo también, buscando cualquier sitio donde guardarme”, cuenta Fernando.
La fuga de agua arrasó con su barrio, el Sinaí. Al bajar por el callejón para regresar a su casa, encontró su hogar reducido a escombros.
La corriente, atrapada en el patio de su casa, había tumbado muros y destrozado cada rincón. “Menos mal había salido. Ese muro que ve en el suelo se me hubiera venido encima. Aquí, en esta sala, me sentaba todas las tardes a ver televisión después de trabajar. Ya no quedó nada”, dice Fernando, parado entre los restos de sus telas enlodadas.
Todo eso era mi mercancía, como cuatro millones de pesos en tela, ya todo perdido. Yo trabajaba aquí desde mi casa, esas telas ya no valen nada con tanto lodo”.
La fuerza del agua siguió su curso, arrastrando los escombros de la casa de Fernando, telas y muebles, hasta golpear con toda su furia contra la casa de Juan, un guardia de seguridad que se encontraba trabajando. Su esposa, Adriana, estaba en la sala amamantando a Isaac, su bebé de seis meses, cuando los golpes del agua, que al inicio se confundió con la lluvia, empezaron a sentirse cada vez más cerca. Apenas alcanzó a asomarse por la puerta cuando la vio venir: una muralla de agua que bajaba con fuerza, llevándose todo a su paso, arrastrando piedras, motos y cualquier cosa que encontrara.
Sin pensarlo dos veces, Adriana tomó a su hijo en brazos y salió corriendo, mientras el ruido de la corriente inundaba su casa. “Lo único que he comido desde entonces es el chocolatico del niño, y Juan lleva toda la noche sacando agua y escombros”, relata Adriana, cansada, mientras mira los pocos enseres que quedan entre el agua y el barro.
El panorama es desalentador, y aunque la comunidad se une para retirar los escombros, no quedan con esperanza en medio de las pérdidas. “El alcalde dice que va a arreglar las casas y que nos va a indemnizar EPM, pero esperemos que sea verdad, porque no tenemos ni dónde dormir”.