Cuando encontraron a los niños, los uniformados con asombro gritaron: “Milagro, milagro, milagro”, por cada uno de ellos que se encontraba con vida después de 40 días de estar en la selva al sol y al agua esperando que acudieran a su rescate.
Cabe resaltar que los niños se accidentaron en una avioneta hace más de un mes y, desde entonces, se desconocía su paradero. Las búsquedas cada vez eran más desesperantes y se intensificaron aún más cuando su madre apareció muerta junto a dos adultos, víctimas de este accidente.
Los niños estaban a cargo de su hermanita mayor, también menor de edad, quien además tenía la responsabilidad de resguardar al bebé de ocho meses que también sobrevivió. Cuando los uniformados del Ejército los encontraron no hicieron más que decir por los radios de comunicación la palabra: “Milagro”, por cada niño que apareció.
Fue en la tarde del viernes cuando los diez uniformados, en compañía de ocho indígenas y los caninos de rescate, dieron con el paradero de los menores. Cabe recordar que esta intensa búsqueda hace parte de la Operación Esperanza que se inició hace aproximadamente un mes, con el fin de lograr un sueño que hoy se volvió realidad: que los cuatro menores estuvieran con vida después del trágico accidente que cobró la vida de su madre.
Gracias a este triunfo, hoy, al igual que lo hicieron los uniformados del Ejército, Colombia y mundo gritan: “Milagro, milagro, milagro”.
Según las fuentes que registraron el hecho los pequeños, fueron encontrados por los uniformados e indígenas que apoyaron las labores de búsqueda, tras 40 días de desaparición. Los niños presentan signos de deshidratación y muchas picaduras de insectos en su cuerpo, lo cual es apenas de esperarse dado que han sobrevivido a la espesa selva por tan largo tiempo.
Sin embargo, ahora que logra ver la luz al final del túnel, los niños deberán ser revisados por los médicos expertos; se confirmó que luego de que en la tarde llegaran al punto de encuentro y recibieran los primeros auxilios de los médicos del Ejército, los niños irían a Bogotá, donde les brindarán una atención médica con todos los instrumentos necesarios.
La operación esperanza se convirtió en un milagro
Este accidente ocurrió el pasado de mayo, cuando la avioneta tipo Cessna 206 se accidentó en la zona de Araracuara - San José del Guaviare. Posteriormente, esta fue hallada en la vereda Palma Rosa, del departamento del Caquetá. Ahí se encontraban los cuerpos de Hernando Murcia Morales, piloto de la aeronave; Magdalena Mucutuy Valencia, madre de los cuatro menores que estaban desaparecidos; y, Herman Mendoza Hernández.
Desde ese momento dieron inicio las labores de búsqueda de la llamada Operación Esperanza, que contó con el esfuerzo de más de 120 militares del comando de las Fuerzas Especiales Militares y 73 indígenas, quienes arduamente trabajaron por encontrar con vida a los menores. Es también de destacar el trabajo de los caninos que participaron en la operación: Ulises y Wilson, perros entrenados de las Fuerzas Militares que ayudaron a rastrear con su olfato a los menores. Ellos trabajaron a distancias cortas y largas, no más de 2 kilómetros.
En su momento, la búsqueda arrojó muchas pistas, una de ellas fue un tetero, que parecía que le pertenecía al bebé de once meses, que encendió las alarmas y la esperanza para creer que los niños aún se encontraban con vida.
“Los niños están débiles”
Cuando los niños aparecieron, el mandatario de los colombianos se refirió al hecho, que en las últimas semanas ha causado revuelo y ha generado zozobra en el país: la desaparición de los cuatro menores en la espesa selva del Caquetá. Hoy cuando estaban a salvo, Petro dijo: “Los niños están débiles... dejemos que los médicos hagan su trabajo”.