Son, literalmente, pueblos fantasmas. Así permanecen varios de los municipios que hacen parte del área del litoral del río San Juan que se han visto afectados por el paro armado decretado por la guerrilla del ELN el pasado domingo y que entra en el cuarto día de confinamiento.
A través de redes sociales residentes aseguran que hay comunidades enteras que han salido desplazadas, gente que se ha visto obligada a improvisar dormitorios a orillas de los ríos, personas enfermas afectadas por la imposibilidad de moverse y la falta de medicamentos y niños que no han podido asistir a sus escuelas.
De acuerdo con la gobernadora de Chocó, Nubia Carolina Córdoba, en este momento hay alrededor de 50.000 personas que permanecen aisladas en sus hogares por temor a ser víctimas de los enfrentamientos que sostienen la guerrilla del ELN y el Clan del Golfo por el control territorial y las economías ilícitas.
La situación, decretada por el Frente de Guerra Occidental del ELN, es especialmente crítica en las zonas más empobrecidas y vulnerables de la rivera del río San Juan. Municipios como Istmina, Sipí, Medio San Juan, Litoral del San Juan y Nóvita, donde sus habitantes padecen la escasez de productos esenciales de la canasta familiar.
La Defensoría del Pueblo aseguró en las últimas horas que son también 85 comunidades afro en total “las que están en situación de confinamiento; 7500 de ellas están con doble afectación por la agudización del conflicto armado y factores ambientales o efectos asociados al cambio climático, lo que deriva en una situación de emergencia humanitaria”.
El problema de orden público en el Chocó afecta también a comunidades indígenas de los resguardos Sanandocito (Sipí) y Unión Wounán, Puadó, Mataré, La Lerma, Macedonia (Medio San Juan).
Igualmente, se han visto afectadas las comunidades de Unión Chocó-San Cristóbal, Puadó-Mataré-La Lerma (Istmina), Docordó-Balsalito, Santa María de Pangala, Río Taparal, Tiosidilio, Togoroma, Buena Vista, Río Pichimá, Chagpien, Chagpien Tordó, y los consejos comunitarios del San Juan-Acadesan y Mayor de Nóvita-Cocoman.
La Gobernadora del Chocó indicó recientemente que “la movilidad en el río, principal arteria de las comunidades rurales, no existe. Hay altísima zozobra y miedo” y agregó que los grupos armados habían instalando minas antipersona en el territorio.