Gilberto Rodríguez Orejuela, capo del Cartel de Cali y quien se encontraba recluido desde hace más de 20 años en una cárcel de Estados Unidos, falleció en la mañana de este miércoles.
El narcotraficante fue condenado en 2006 a 30 años de prisión en ese país y permanecía en la cárcel federal de Butner, en Carolina del Norte.
Rodríguez tenía 83 años y había sido diagnosticado con cáncer de colon y de próstata. Además, padecía otros problemas de salud como hipertensión y gota.
'El Ajedrecista', como se le conocía en el mundo delincuencial, fue capturado el 9 de junio de 1995 en una caleta de una lujosa casa en el norte de Cali.
En agosto de ese mismo año, su hermano Miguel Rodríguez Orejuela fue detenido. Casi una década después se logró su extradición.
Después de ser llevados a Estados Unidos, Gilberto Rodríguez permanecía detenido en Carolina del Norte. Mientras tanto, su hermano Miguel, alias El Señor, continúa preso en la cárcel de Edgefield en el estado de Carolina del Sur.
En 2020, cuando se conoció la expansión del covid, el capo pidió ser excarcelado, solicitud que fue negada por las autoridades norteamericanas.
Una vida dedicada al crimen
Protagonista de uno de los capítulos más oscuros de la historia de Colombia, la de la guerra de los carteles de la droga entre los años 80 y 90, Gilberto Rodríguez Orejuela fue el cerebro de una de las más poderosas organizaciones del narcotráfico en el mundo, de la cual se estima que llegó a controlar en algún momento hasta el 80% de la cocaína exportada desde Colombia hacia los Estados Unidos.
El Cartel de Cali, como se le denominó, fue fundado por los hermanos Rodríguez Orejuela a inicios de los años 80 y a ellos se unieron los narcotraficantes José Santacruz Londoño y Hélmer 'Pacho' Herrera.
Según estimó la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos, DEA, a inicios de los años 90 el Cartel de Cali era el dueño y proveedor de cuatro de cada cinco gramos de cocaína que se vendían en Nueva York.
Además, la organización había extendido sus tentáculos hasta Europa y Japón, en alianza con otro grupos criminales de alcance internacional.
El enorme poder económico de los Rodríguez Orejuela con el negocio de la coca se extendió a otros ámbitos, en función de las operaciones de lavado de dinero que la organización criminal requería.
Fue así como, a lo largo de su vida criminal, adquirieron empresas como el Banco de los Trabajadores, una filial de la Chrysler Corporation en Colombia, el desaparecido Grupo Radial Colombiano, la cadena de farmacias Drogas La Rebaja y el club de fútbol de América de Cali, entre muchos, además de su paso por el First Interamericas Bank, de Panamá, que lograron comprar en 1975.
'El ajedrecista' fue el cerebro de la guerra a muerte que el Cartel de Cali libró contra el Cartel de Medellín, de Pablo Escobar, el mayor narcotraficante de la historia.
Los capos caleños, según han señalado múltiples fuentes, aportaron a las autoridades información y apoyo que permitió dar de baja a Escobar el 2 de diciembre de 1993 en Medellín.
Su influencia y capacidad para corromper a amplios círculos de la sociedad permeó a las esferas económicas y políticas, hasta el punto de ser protagonistas del narcoescándalo que desató el denominado Proceso 8.000, en el cual se les señaló de haber aportado US$ 6 millones a la campaña del electo presidente de la República Ernesto Samper, en 1994.
Fue justamente ese escándalo el que marcó el principio del fin de los Rodríguez Orejuela como capos del narcotráfico, pues en 1995 Gilberto fue capturado después de una intensa búsqueda de las autoridades colombianas.
Gilberto fue descubierto en un compartimiento secreto que se encontraba detrás de un armario, en un lujoso penthouse del norte de Cali. El capo no opuso resistencia y se inmediatamente a la Policía.
En el año 2002 recobró su libertad por orden de un juez, pero cuatro meses después fue recapturado en el barrio Versalles y en el 2004 fue extraditado a Estados Unidos, donde debía cumplir condena hasta el año 2034