En los últimos minutos se confirmó la muerte de Manuel Elkin Patarroyo, a los 78 años. El polémico científico, que buscó la vacuna contra la malaria pero que también enfrentó graves denuncias por maltrato animal de los monos con los que experimentaba, se graduó como médico cirujano de la Universidad Nacional en 1971. En 1972 fue contratado como profesor, hasta el momento de su muerte este 9 de enero de 2025.
Patarroyo obtuvo varios premios, como el León Bernard de la Organización Mundial de la Salud, el Premio Príncipe de Asturias de la investigación científica y el Premio Nacional de Ciencias Alejandro Ángel Escobar.
Nació el 3 de noviembre de 1946 en el municipio de Ataco, en el departamento del Tolima, en una familia numerosa, de diez hermanos. Después de graduarse de la Universidad Nacional, estudió Inmunología en la Universidad de Yale. También hizo estudios de postdoctorado en Estocolmo.
En 2013, Patarroyo se vio envuelto en una polémica luego de que el Tribunal Administrativo de Cundinamarca suspendió la licencia que tenía para capturar micos para usar en sus investigaciones y se llegó a acusar de tráfico ilegal de especies.
“Tuve el honor de defender a Manuel Elkin Patarroyo satisfactoriamente , por él conocí todo el Amazonas. Pasamos ratos muy amenos recorriendo el río por horas y estudiando su colección de orquídeas. Gran amigo, reconocido y premiado en el mundo y criticado en su tierra que amaba tanto. Paz en su tumba”, escribió el abogado Iván Cancino en su cuenta de X.
”Hoy, ha partido un gran científico colombiano: Manuel Elkin Patarroyo. Su legado está representado, más que en la primera vacuna sintética del mundo, en una generación de investigadores a quienes inculcó el valor de construir país, generando conocimiento”, manifestó por su parte Gabriela Delgado, decana de Ciencias de la Universidad Nacional.
Su vacuna no fue eficaz
Manuel Elkin Patarroyo trabajó por años en la búsqueda de una vacuna contra la malaria que, sin embargo, no alcanzó a ser lo suficientemente eficaz. La vacuna fue probada en una colonia de monos del Amazonas, amazónica, Aotus trivirgatus y en un grupo de jóvenes bachilleres voluntarios que prestaban su servicio militar. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud la catalogó como inactiva tras evaluaciones clínicas.