La trágica historia empezó el 31 de diciembre de 1993 en plena celebración de Año Nuevo en Barranquilla; sin embargo, la dolorosa noticia se conocería en la mañana del 1 de enero de 1994, razón que llenaría de tristeza la casa de la familia Mestre, pues la joven Nancy Mestre se encontraba hospitalizada, al borde de la muerte, luego de haber salido en la madrugada con Jaime Saade Cormena, quien para ese entonces ya se encontraba desaparecido.

La joven de 18 años había terminado su bachillerato en el colegio Marymount. Ese día se encontraba feliz al cumplir uno de sus logros, que era aprobar el examen de inglés, en medio de su sueño de viajar a Estados Unidos, para lo que iba a iniciar prontamente los trámites de solicitud de la visa. Esta era la noticia que le compartió a sus padres en ese fin de año.

Debido a la noticia que tenía alegre a Nancy, Martín Mestre asegura que su hija le pidió un permiso especial, el cual se trataba en que pudiera estar la noche de Año Nuevo con quien sería su pretendiente. “Le pidió permiso a la mamá y a mí para salir ese día porque Jaime Saade quería llevarla a la cena familiar, yo lo había visto una o dos veces”, relató.

Nancy Mestre, la joven de 18 años que fue asesinada en 1994. | Foto: Tomado de redes sociales.

La joven conoció a Jaime Saede luego de que su círculo de amigas se relacionaran con él, quien aparentemente se interesó en Nancy, días antes. Por lo que, en la noche de año viejo, la familia Mestre celebró junta, cenaron, brindaron e incluso, según recuerda Martín, bailaron para celebrar la Noche Buena.

“Las niñas de último grado del colegio Marymount conocieron a este hombre y yo no sabía que le llevaba 10 años. Si no, yo no dejo salir a mi hija con una persona mayor”, recuerda Martín Mestre, al medio El Tiempo.

Después de que el reloj diera la medianoche, a eso de la 1:00 de la madrugada, llegó a la casa el pretendiente de Nancy. Antes de que salieran, Martín le pidió al hombre que la cuidara, no sin antes recordarle que tenían permiso solo hasta las 3:00 a. m.

A pesar de que el padre de Nancy había visto pocas veces a Jaime Saade, conocía a la familia Saaede y consideraba que se trataba de un hogar decente. Por eso, no vio problema en darle permiso de su hija para salir con Jaime.

Sin embargo, Martín, quien lo derrotó el sueño, luego de que su hija se fuera de casa, se despertó de un brinco llamando a su hija cuando el reloj marcaba las 6:00 de la mañana. Nancy no había llegado a casa, por lo que decidió salir a buscarla, pues su instinto de padre le hacía presentir que algo andaba mal. “Yo salí a buscarla por todos los sitios en los que podría estar. Salí desesperado”.

Cuando llegó a la casa de la familia Saade, Martín encontró a la madre de Jaime trapeando el piso. “Como estaba oscuro, yo no me di cuenta de que había sangre y luego me di cuenta de que era de mi hija”, narra.

En el momento que pidió explicación de lo que había ocurrido, la mujer no supo que responder, pero mencionó que Nancy sufrió un accidente y que se encontraba en la Clínica del Caribe.

Por su parte, el papá de Saade le había dicho: “Martín, tu hija se intentó suicidar y está siendo intervenida quirúrgicamente”, contó. Mestre se sintió solo y desesperado. Fue a buscar a unos familiares para que lo acompañaran a recoger a su esposa, contar lo ocurrido e ir hasta el hospital para ver a Nancy.

30 años después de ser condenado por el feminicidio de Nancy Mestre, Jaime Saade está cumpliendo la última etapa de su extradición a Colombia. | Foto: Tomado de redes sociales

Al llegar al centro médico, va descubriendo toda la verdad de una vil mentira. Se encontró con una imagen devastadora, su hija estaba siendo operada por recibir un disparo en la cabeza. Las enfermeras contaron que había llegado completamente desnuda, cubierta con una sábana, “con rastros de arena y algunas plantas, como si la hubieran echado al monte”.

Nancy fue violada. En los análisis forenses se identificó que tenía hematomas en la entrada de la vagina, rastros de semen y golpes en el cuerpo. En los análisis de fluidos se encontraron al menos dos grupos de sangre ajenos a la joven.

La joven, de tan solo 18 años, luchó por su vida durante nueve días, pero su corazón dejó de latir el 9 de enero de 1994. En sus últimos días, sus padres tomaron la mano de su hija mientras se veía en los monitores el leve palpitar de su corazón. Martí compartió a El Tiempo que en ese momento. Solo pensábamos: ¡Dios mío, recíbela!”.

En este último adiós, Martín se llenó de valentía para poner la denuncia contra Jaime Saaede, el hombre que asesino a su hija y quien al poco tiempo salió del país.“Yo le prometí buscarlo, para que respondiera”, recuerda Martín, expresó al medio citado, sin saber que esa búsqueda le tomaría 26 años.