Los calambres, el dolor abdominal y la sudoración alertaron a los padres de un niño de 6 años el pasado 15 de diciembre en Barrancabermeja, Santander, después de un encuentro familiar.
No se sabe cómo el pequeño ingirió un ‘tote’ o un artefacto pirotécnico; lo cierto es que cuando sus familiares lo sospecharon y los síntomas empeoraron, lo trasladaron de urgencia a un hospital en el Puerto Petrolero.
El secretario de Salud de Barrancabermeja, Andrés Manosalva Camargo, señaló que el menor tuvo que ser trasladado después a la Clínica Foscal Internacional en Floridablanca porque su situación médica era crítica.
“La situación de salud del menor se complicó y se realizó traslado hacia la clínica Foscal Internacional. Seguimos insistiendo y enviando un mensaje contundente a los padres de familia: alejemos a nuestros niños y niñas de la pólvora”, añadió el funcionario.
Después de luchar durante cinco días por su vida, el menor de 6 años murió en la tarde de este 20 de diciembre. Los médicos señalaron que había sufrido una intoxicación por ingerir fósforo blanco, uno de los elementos que se usa para la fabricación de la pólvora.
¿Por qué la ingesta de fósforo blanco es tan letal?
El fósforo blanco es tan letal que, según la Organización Mundial de la Salud, solo basta con que un menor use la pólvora y después sus manos tengan contacto con su boca para generarle algún grado de intoxicación. La situación es peor cuando el niño se come la pólvora.
De acuerdo con el toxicólogo Álvaro Cruz Quintero, director del Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (Crue), las primeras 24 horas son cruciales para salvarle la vida a un menor de edad. Esta situación de urgencia es la que pone en riesgo la salud del niño, pues sus síntomas tienden a ser confundidos con los de una enfermedad digestiva.
“Luego de 24 horas de la ingesta de pólvora no les vamos a poder salvar la vida, porque van a tener problemas hepáticos, renales, neurológicos, cardíacos y probablemente van a fallecer”, explicó el experto.
De hecho, señaló que cuando la pólvora ingresa al organismo, produce una quemadura en el estómago.
“Al producir esa quemadura, se transforma en otra sustancia, que es pentóxido fosfórico. Este penetra en el organismo y se convierte en ácido fosfórico, y este a su vez produce un daño directo en el hígado, le causa una falla hepática aguda por la que este órgano, que hace todo el metabolismo del organismo, le impide a los pacientes recuperarse”, agregó.
El alcalde de Barrancabermeja, Jonathan Vázquez, reiteró sus llamados para que los padres eviten que los niños manipulen cualquier tipo de pólvora.
“Desde las secretarías de Salud, Interior y todas las sectoriales unidas a una sola voz, lamentan de forma vehemente este tipo de hechos, que enlutan a una familia barranqueña y que son evitables”, añadió el comunicado oficial de la Administración Municipal.