Como es habitual, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, dio a conocer el nivel en que se encuentran los embalses de la ciudad capitalina, luego de la temporada de sequía que obligó a la Administración a decretar racionamiento de agua, medida que ya cumple más de un mes.
Esta decisión se tomó con el fin de garantizar que todos los ciudadanos en Bogotá y municipios aledaños tuvieran acceso a este líquido vital.
Ahora bien, es de recordar que el sistema de abastecimiento de agua potable de Bogotá, de los municipios aledaños y de la sabana, está dividido en tres sistemas que lo integran, lo que da un total de ocho embalses.
Este sistema alimenta la red de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá y a las redes de los demás municipios, lo que permite atender la demanda de más de 10 millones de personas.
Esta red de agua potable está compuesta por los embalses Tominé y Neusa, que hacen parte del Sistema Norte; Chuza y San Rafael, que integran el Sistema Chingaza; y Tunjos, Chisacá, así como La Regadera, que conforman el Sistema Sur.
Del 100 % de abastecimiento de la ciudad y municipios aledaños, el Sistema Norte proporciona el 25 %, el Sistema Sur, el 5 % y el Sistema Chingaza aporta el 70 %.
De hecho, sobre este último se conoció que, con corte al 26 de mayo, los niveles en este sistema alcanzaron el 27,55 %, razón por la que el alcalde Galán manifestó que “mañana a primera hora entregaremos un balance de la situación y anunciaremos los siguientes pasos”.
Así las cosas, se conoció que la meta para diciembre de 2024 es lograr que el embalse de Chuza y junto al embalse de San Rafael, que integran el Sistema Chingaza, alcancen un 75 % en niveles de reserva, para garantizar suministro de agua potable para 2025.