Ya son varias semanas en el que el país ha estado convulsionado por varios escándalos que sacuden al gobierno del presidente Gustavo Petro. Entre estos, está el caso de las ‘chuzadas’ ilegales, donde estarían involucrados altos funcionarios y mandos militares, a las dos extrabajadoras de la ahora exjefe de gabinete de presidencia, Laura Sarabia. Ahora, se reveló que habían más personas que fueron ‘chuzadas’ por la Policía.
Cabe recodar que todo empezó por el supuesto robo de un maletín con dinero a la exjefe de gabinete. La Revista Semana fue la primera en revelar el testimonio de Marelbys Meza, niñera de Sarabia. Ella contó cómo fue interrogada en un sótano de la Casa de Nariño donde le hicieron unas pruebas irregulares de polígrafo, para descubrir quién habría robado este dinero.
Poco después, el fiscal de la Nación, Francisco Barbosa aseguró que para investigar a dos exempleadas de Sarabia, se utilizó un informe falso de inteligencia, el cual vinculaba a las dos extrabajadoras con los alias ‘La cocinera’ y ‘La Madrina’, y el cual aseguraba el reporte hacia parte de un anillo de seguridad de alias ‘Siopas’, cabecilla del Clan del Golfo.
Según la Fiscalía, las líneas de las extrabajadoras permanecieron ‘chuzadas’ durante 10 días hasta el 9 de febrero, cuando un investigador de la Dijin pidió suspender la interceptación, porque “no arrojaba información sobre el Clan del Golfo y se escuchaban conversaciones personales”.
Ahora, Semana reveló que también interceptaron el teléfono de dos personas cercanas a Marelbys. Un hombre y una mujer, quienes ya están plenamente identificados por la Fiscalía, que según la investigación, quedaron en medio de este entramado irregular.
La identidad de estas personas está bajo reserva por seguridad y garantía para la investigación, sin embargo, ambas nuevas víctimas hablaron con Semana sobre estas ‘chuzadas’.
“No tenía ni idea que estaba pasando esto, ahora nadie me contesta el celular, no puedo hablar con confianza, aún nos deben estar escuchando, se siente miedo, es increíble que cosas como estas puedan pasar”, señaló la mujer.
Además, aseguró a Semana que sí había estado en comunicación con Marelbys. De hecho, tenía una cita con la exniñera en el terminal de transportes de Bogotá para encargar unas encomiendas. De acuerdo con la Fiscalía estableció que a los investigadores de la Dijín, responsables de las interceptaciones les llamó la atención una palabra en las conversaciones entre Marelbys con su amiga: “encomienda”.
“Estaba en el terminal, esperando a Marelbys, cuando llegaron unos policías y me pidieron que sacara todo lo que tenían las cajas y con cinta; les dije que buscaran lo que quieran, pero me tenían que dejar todo como estaba. Revisaron y no encontraron nada”, explicó la víctima a Semana.
El país lleva semanas convulsionado. Cuando la opinión pública no ha digerido aún la última revelación de los escándalos que sacuden al gobierno del presidente Petro, surge otra, que incluye posible uso irregular del polígrafo, ‘chuzadas’, supuesta financiación de la campaña presidencial y el suicidio u homicidio de un coronel de la Policía.
Desde que Marelbys Meza se volvió protagonista en redes, noticieros y periódicos, una jefa de gabinete cayó, un embajador fue despedido, agentes del CTI inspeccionaron oficinas del Palacio de Nariño relacionadas con la seguridad del Presidente y al menos trece personas han sido llamadas a declarar.
En medio de la agitación que han producido estos hechos, tres semanas después de iniciado el escándalo aún no están del todo claros la mayoría de los hechos relacionados con él y, si bien, las consecuencias políticas ya han sido grandes, tampoco se sabe hasta dónde puedan llegar.
El problema del dinero robado
Aunque el escandalo estalló en mayo, todo comenzó en realidad en enero. En ese momento, la entonces jefe de gabinete Laura Sarabia se enteró de que en su casa se había extraviado un dinero, lo que la llevó a sospechar de su niñera, Marelbys Meza, que fue sometida a un polígrafo.
Una cosa es, como lo dijo en un principio Sarabia en una entrevista a la revista Semana, que hayan sido 4.000 dólares (unos 17 millones de pesos), o 7.000 (cerca de 30 millones de pesos), como dijo posteriormente, y otra muy distinta que hayan sido 3.000 millones de pesos, como le aseguró un testigo con reserva de identidad a la revista Semana.
En el primer caso, pese a ser sumas altas para manejarlas en efectivo, no sería imposible que correspondan “a gastos de viajes oficiales realizados durante agosto de 2022 y enero de 2023″, como aseguró Sarabia. Pero si se tratara de 30.000 millones de pesos, como dijo el testigo, no podría haber una explicación distinta a algo ilegal para manejar en efectivo una suma de esa magnitud.
Tanto Petro como Sarabia afirmaron que nunca habían manejado una suma tan alta en su vida.
Lo que viene
Las próximas semanas es de esperar una larga romería de citados a declarar a la Fiscalía. Entre ellos, Carlos Feria, jefe de la Casa Militar de Palacio, que deberá asistir el 20 y el 21 de junio; Laura Sarabía, que deberá presentarse el 22; su esposo, Andrés Parra, que deberá declarar sobre el uso del polígrafo, y el propio Armando Benedetti, a quien se espera el 23 de junio.
Y eso solo será la primera etapa. De qué tanto de lo dicho en las últimas semanas se termine decantando en investigaciones judiciales, dependerá que el resto de la administración Petro siga o no empañada por los escándalos.
*Con información de Colprensa y Semana*