“Ucrania nos mintió”, esas fueron las palabras de Miguel Ángel Cárdenas Montilla, un mercenario colombiano que se enlistó para luchar junto a las tropas ucranianas, pero que después decidió entregarse al ejército ruso para no morir.
A través de un video publicado por agencias internacionales, el caleño de 33 años relató que optó por viajar a Ucrania luego de ver varios videos de la plataforma TikTok en los que se mencionaba que necesitaban militares voluntarios.
Cárdenas, quien ejercía como policía militar en Colombia, reunió los fondos necesarios y emprendió viaje al país europeo. Su motivación era la suma de dinero que le iban a pagar por realizar dicha gestión.
En el video, el caleño detalló que, junto a otros nueve colombianos, recibió entrenamiento militar en Ucrania durante menos de una semana, donde les enseñaron a “disparar, lanzar granadas y hacer una avanzada”. “Me dieron el uniforme, me dieron chaleco, arma, casco, una pava y guantes y el arma, sí, el arma también”, contó.
Señaló también que tuvo poco contacto con los ucranianos, debido a las medidas de seguridad estrictas contra posibles ataques de drones. “Nos mantenían en un sótano”, dijo Cárdenas, añadiendo que los problemas de comunicación incrementaban la tensión, ya que no comprendía el idioma local.
En principio, el hombre se unió al batallón 204 y luego a la brigada 59, sin embargo, después de varios meses de estar junto a las tropas ucranianas, decidió rendirse y entregarse al ejército ruso, decisión influenciada por su preocupación por su familia, sus cuatro hijos y por no morir.
“Ucrania nos mintió, nos dijeron que solo íbamos a cuidar y terminaron acribillándonos (…) Ni siquiera me pagaron ni el primer sueldo. Me rendí porque no quería fallecer”, contó en la pieza audiovisual, en la que se ve notoriamente lastimado.
Tras entregarse a las fuerzas rusas, Cárdenas fue capturado, pero aseguró haber sido tratado humanamente. “Me dieron comida, agua y me trasladaron a un cuarto con una cama”, mencionó.
Aunque también dijo que estuvo esposado y con la cara cubierta en diversos momentos, complementó que cuando empezó a explicar, los rusos lo entendieron y lo trataron bien. “Me trasladaron a un cuarto con ellos, con una cama para acostarme, aunque esposado y amarrado. Después de eso, me trasladaron a otro lugar”, afirmó.
El caleño hizo especial énfasis en el contraste entre las promesas iniciales de sus funciones en Ucrania y la realidad que enfrentó en el campo de batalla.