Las denuncias contra algunas universidades colombianas por maltrato a los estudiantes de medicina no paran, desde hace algunos meses los jóvenes que aspiran a ser médicos levantaron su voz después de que la médica residente de la Universidad Javeriana Catalina Gutiérrez se quitara la vida, y denunciaron que son muchos los casos de matoneo que se viven dentro de las instituciones.
Al parecer la lista es larga, y son varios los jóvenes que han optado por quitarse la vida a causa de la desesperanza que les causa el matoneo, así es la historia de Johan Sebastián Castellanos Romero, un joven de 20 años que, según su familia, se quitó la vida al no resistir los abusos por parte de compañeros y profesores en la Universidad de los Andes en Bogotá.
Mientras la familia de Catalina recibió una carta póstuma en la que la joven denunciaba abusos y sobrecarga laboral; Johan dejó un video en el que le pide perdón a su madre y le explica que ya no aguantaba más el maltrato por parte de sus compañeros, hablando específicamente de un caso con una profesora de patología,
Al parecer, el abuso no solo fue desde la sobrecarga laboral y académica, sino que el joven proveniente de Paipa, Boyacá, recibió burlas por su nivel económico, el cual aparentemente estaba muy lejos del de sus compañeros, pues Johan venía de una familia humilde, y logró ingresar a la Universidad de los Andes, al ganar una beca después de ser el mejor el Icfes de Boyacá y el octavo a nivel nacional, a sus 16 años.
Al parecer un joven prodigio que no solo destacó en el colegio, sino también en la universidad, tanto así que en 2020, la universidad le entregó la distinción Alberto Magno, por tener uno de los mejores puntajes en el proceso de admisión.
Sin embargo, la beca no cubría todos sus gastos, y Johan tuvo que trabajar en un call center para mantenerse, lo que le generó burlas y rechazo por parte de sus compañeros y profesores y ya en septiembre del año pasado el joven no aguanto más y, en un hotel de Cartagena, se quitó la vida.
La familia le relató a la revista Semana que Johan no se quedó callado frente a los casos de injusticia, sino que por el contrario, habló con Diego Vivas, el director de pregrado de la universidad, e informó sobre sus crisis; sin embargo, su madre denuncia que su caso no fue atendida de manera adecuada, pues según su mamá la respuesta por parte de la universidad es ambigua, a pesar de que su caso era grave, ya que estaba siendo acusado de haber enviado un correo anónimo en el que supuestamente denunciaba a una profesar de permitir hacer trampa en los parciales.
“Él me decía que estaba presionado, que nadie lo quería, que lo rechazaban y que había un grupo de profesores, en especial esa profesora, que lo trataba mal, lo hacía sentir mal y le gritaba al frente de todos que con él era muy fácil acabar. Los compañeros le hacían bullying y no querían trabajar con él. Ahí empezó a caer en depresión y echó para atrás”, le relató a la Revista Semana, Oliva Romero, la mamá del joven.