Generación Igualdad. Igualdad en la remuneración salarial; en la distribución del trabajo doméstico, en la política y en la toma de decisiones en todas las esferas de la vida. Igualdad en derechos y por ende, poner fin al acoso y a todas las formas de violencia.
El reto es ese. Y la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, le ha pedido “al mundo entero que colabore para derribar las barreras contra la igualdad de género”, en un año considerado trascendental.
¿Pero qué tiene de especial el 2020 para la ONU y para las organizaciones que se ocupan de las mujeres? La respuesta está en Bejing+25. Porque se completan 25 años de la celebración de la Cuarta Conferencia de la Mujer en Beijing, China, la más progresista hasta entonces, y en la cual 189 gobiernos del mundo se comprometieron a trabajar en 12 campos de acción para reducir las desigualdades. Incluso, para los medios de comunicación apareció el Apartado J que exigía, entre otras cosas, visibilizar más a las mujeres, no solo como víctimas o testigos, así como revisar la manera de representarlas.
En torno a Beijing+25 habrá encuentros en México, París y Nueva York para analizar lo andado y para exigir más contundencia en lo pendiente, porque al final, por más que se haya avanzado, a la luz de los compromisos no ha sido lo suficiente.
Las cifras del mapa elaborado para la Generación Igualdad así lo reflejan. Por ejemplo, hoy en el mundo solo hay 10 mujeres Jefas de Estado y 13 mujeres Jefas de Gobierno en 23 países. De 500 personas que ocupan cargos directivos en las empresas, solo el 7% son mujeres. De los 900 premios Nobel que se han entregado en la historia, solo 53 han sido mujeres. En el séptimo arte, solo cinco mujeres han sido nominadas a la categoría de Mejor Director de los Oscar y apenas una ganó. (Kathryn Bigelow).
Nuestra realidad no es distinta. En la política, de 1.101 alcaldías en Colombia, 134 están en manos de mujeres. Y solo hay 89 concejalas, frente a 485 concejales. En Cali son 7 las mujeres del cabildo, frente a 14 hombres. Y en el gabinete de Jorge Iván Ospina hay 7 mujeres dirigiendo los despachos.
Sin duda, falta mucho para llegar a ser la Generación Igualdad. Pero también es retador pensar en serlo. Sobre todo por lo construido, porque el feminismo es hoy un movimiento político en la madurez de la existencia, capaz de protagonizar la agenda mundial y de hacerse escuchar. Podríamos decir, incluso, que cruza un punto de inflexión que quedará para la historia con sus recientes y exitosos movimientos como el #Metoo que sigue produciendo condenas en torno al naturalizado acoso sexual. O ese canto universal de ‘El violador eras tú’ del fin de 2019 y el reciente ‘Nos queremos vivas, libres y sin miedo’ surgido tras los aterradores feminicidios en México y para no ir más lejos, los de nuestra ciudad, donde ya van 4 este año, y donde 126 mujeres han sido auxiliadas en Casa Matria.
Al final creo que el gran reto de la Generación Igualdad está en la generación de conciencia en torno a las absurdas violencias de género. Porque no habrá un mundo que se piense sin brechas, techos de cristal o discriminaciones, mientras aún haya mujeres consideradas ‘objeto de’ o ‘propiedad de’. Y que no las haya más debe ser, de lejos, la prioridad universal.