El reportero gráfico Federico Ríos, colaborador freelance del diario estadounidense The New York Times, tuvo que salir de Colombia esta semana por posibles riesgos contra su integridad.
Su salida del país se da luego de los señalamientos hechos por congresistas del partido Centro Democrático, a raíz del reportaje publicado por el diario The New York Times en el que se denuncia el riesgo de que pueda revivir la cuestionada práctica de los falsos positivos dentro de las Fuerzas Armadas de Colombia.
Los cuestionamientos provinieron de la senadora María Fernanda Cabal quien publicó dos fotografías en su cuenta de Twitter mostrando al reportero Nicholas Casey haciendo trabajo de campo en una zona rural junto a las Farc.
"Este es el “periodista” Nicholas Casey, que en 2016 estuvo de gira con las farc en la selva. ¿Cuánto le habrán pagado por este reportaje? ¿Y por el de ahora, contra el ejército de Colombia? #CaseyEsFakeNews", escribió la Senadora.
Otro congresista del Centro Democrático, Juan David Vélez, también compartió la fotografía, y calificó al reportero de "sicario de la opinión".
"El periodista de @nytimes, como los fleteros y conducido por terroristas de la guerrilla Farc, apunta con la cámara y fusila con columnas llenas de calumnias. Existen los sicarios de la opinión", escribió.
Debido a esos señalamientos, Casey decidido abandonar el país temporalmente. "He tomado la medida de mantenerme fuera del país por las acusaciones falsas que fueron lanzadas ayer en Twitter por (la senadora oficialista) María Fernanda Cabal y replicadas por varios políticos en las últimas 24 horas", dijo.
Adicionalmente, Casey puso en evidencia que lo estaban señalando en redes sociales con la foto de otra persona.
Esa advertencia reveló que una de las dos fotografías publicadas por Cabal no correspondía a Casey, sino al fotógrafo Federico Ríos. Es la que se ve a un hombre a bordo de una motocicleta.
“No soy el hombre con la cámara detrás de la moto. Es otra persona”, dijo. Casey a la agencia AFP, que publicó un artículo verificado la información.
La agencia corroboró y confirmó que efectivamente el de la foto en la motocicleta es Federico Ríos.
Ríos le indicó a la AFP que trabajó junto a Casey en "varios reportajes sobre las Farc durante el proceso de diálogo con el gobierno” y aclaró que la imagen viralizada fue tomada durante un viaje a un campamento de la extinta guerrilla.
La foto a bordo de la motocicleta fue publicada por él mismo en su cuenta de Instagram, el 19 de marzo del 2016, acompañada de la descripción: “durante el trabajo que hicimos en un campamento de las FARC para @nytimes con @caseysalbum”.
La salida de Federico Ríos del país fue notificada por la Asociación de Prensa Internacional de Colombia (APIC), organización que expresó su preocupación por los señalamientos contra él y Nicholas Casey.
Además, la "APIC condena y rechaza los señalamientos de los senadores María Fernanda Cabal y Álvaro Uribe Vélez y del representante Juan David Vélez en contra de los periodistas, tras la publicación de su investigación".
La Asociación hizo un llamado a la reflexión por parte de quienes profieren esos ataques y convocó a los partidos de todos los sectores para que respeten el ejercicio periodístico.
"Dado que los personajes públicos tienen mayor responsabilidad en sus declaraciones por el impacto que alcanzan, la APIC espera una rectificación de los senadores en mención; y solicita al jefe del Ministerio Público, procurador general Fernando Carrillo, que se manifieste sobre la conducta de estos funcionarios en contra del trabajo del equipo periodístico".
A ese pronunciamiento se sumó la Fundación para la Libertad de Prensa, Flip, haciendo "un llamado a los funcionarios y líderes políticos para que cuiden del ambiente en el que se ejerce la libertad de expresión en Colombia".
La Flip invitó a que tramiten las "controversias con los medios siendo conscientes del poder de su voz y los efectos que pueden provocar en sus seguidores. Para ello es fundamental que se abstengan de hacer declaraciones estigmatizantes en contra de la prensa".
Además, solicita una observación especial por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Procuraduría General de la Nación y la Defensoría del Pueblo.