Luego de cinco días de haber hallado con vida a los cuatro menores que se habían perdido en la selva entre Guaviare y Caquetá, Colombia sigue esperando un rescate más que se volvió la nueva prioridad de la Operación Esperanza y es encontrar al perro Wilson, que se extravió mientras buscaba a los niños.
Y es que después del hallazgo de los menores y la confirmación de la pérdida de Wilson, cada día el brigadier general Pedro Sánchez, comandante del Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares, da un reporte de cómo avanza la Operación Esperanza, ahora enfocada en hallar al can.
Sánchez le contó a la revista Semana que en la selva aún permanecen 30 unidades con la misión de encontrar al perro. Sin embargo, esta puede verse complicada por la alta presencia de grupos armados al margen de la ley en la zona. De igual forma, aseguró que, en caso de no ser encontrado, se le condecorará por su valiosa participación durante la operación.
El general reveló que una de las estrategias que están utilizando desde las Fuerzas Militares para dar con Wilson es utilizar una perra en celo para así atraerlo hacia los comandos. “Colocamos una perrita en celo, pero Wilson está castrado. Al menos vamos a intentarlo, quién quita”, afirmó. Asimismo, aseguró que lo seguirán buscando “hasta que lo encontremos, un comando nunca deja atrás a otro comando”.
En diálogo con Noticias Caracol, el solado Severino Ríos, quien hizo parte del grupo de rescate de los menores, explicó qué le pudo haber pasado a Wilson y por qué se perdió en la selva. Aprovechó también para contar sobre Ulises, otro de los perros que hizo parte de la Operación Esperanza y tuvo que ser sacado de la selva debido a una infección bacteriana.
“El terreno es muy complicado, muy intenso, hay muchos árboles altos. Es muy oscuro, porque no se ve el sol. El perrito, pues yo lo enviaba más o menos tres, cinco metros, y ya no lo veía, entonces me tocaba llamarlo para ubicarlo. En eso todo se ve igual, entonces uno se puede estar perdiendo”, señaló.
“Ulises encontró el refugio, una matica de palma donde ellos llegaron, descansaron y seguro en la noche se quedaron. Le dio una bacteria y le dio una infección, una infección de pronto por la picadura de un zancudo”, afirmó.
Otro de los perros que tuvo que ser apartado de la operación fue Óliver, de raza pastor belga malinois, quien fue mordido por una serpiente. Este perro había estado apoyando las labores de estabilidad para garantizar la seguridad en la región y poder desplegar la búsqueda de los menores.
Un grupo de soldados del Batallón de Infantería No. 19 Joaquín París trasladaron a Óliver desde la vereda Charras hasta San José del Guaviare, donde le brindaron la atención médica necesaria para salvar su vida.
“Así como nuestros soldados se pueden ver afectados por circunstancias del clima, enfermedad o de pronto por acción de la amenaza, en esta ocasión uno de nuestros integrantes, un ejemplar canino, fue mordido por una serpiente; resaltamos la reacción de su guía, que le presta los primeros auxilios en el área, garantizándole su vida. Hoy, en manos profesionales, Óliver se encuentra en mejores condiciones”, expresó el brigadier general Carlos Ernesto Marmolejo Cumbe, comandante de la Brigada de Selva No. 22.
En la actualidad, el Ejército Nacional cuenta con más de 3500 perros en sus filas, entrenados en siete especialidades enfocadas en la seguridad y el bienestar de los colombianos, dispuestos a desplegar operaciones por tierra, aire, mar y río.
Por el momento, los colombianos continúan a la espera de noticias positivas sobre Wilson, uno de los héroes del ansiado rescate de los cuatro menores que pasaron 40 días perdidos en la espesa selva colombiana.