En la tarde de este martes, 25 de junio, fuentes de la Policía Nacional dieron a conocer la triste noticia de la muerte de Anderson Alberto Hernández Villar, un uniformado de 38 años de edad, quien desapareció en Norte de Santander el pasado 18 de mayo tras querer cruzar la frontera de Venezuela por Cúcuta, junto con su novia.
Según la Policía Metropolitana de Bucaramanga, su cuerpo sin vida fue encontrado en la vereda Los Almendros del Municipio de Arauquita (Arauca). La identificación del suboficial se dio ya que en su cuerpo tenía un tatuaje de la Policía Nacional. Por el momento se desconoce si tenía signos de tortura y las causas por las que fue asesinado.
El Ministerio de Defensa se pronunció a través de sus cuentas de redes sociales lamentando la muerte del suboficial y enviandole un mensaje de condolencias tanto a sus familiares como amigos. “Al proceder canalla y cobarde de los asesinos de policías, responderemos siempre con nuestras capacidades de investigación criminal e inteligencia policíal para hacerlos responder ante la justicia”.
Cabe recordar que el sábado, 18 de mayo del presente año, se dio a conocer que el uniformado Hernández viajó desde Bucaramanga con rumbo a la frontera con el Estado de Tachira en Venezuela, con el fin de visitar a su padre. Las versiones iniciales indicaban que fue secuestrado en la frontera con el vecino país y desde entonces no se tenían noticias suyas hasta un poco más de un mes despúes cuando este martes 25 de junio se confirmó la aparición del cuerpo sin vida del policía.
Los superiores del oficial se encuentran a la espera que se corrobore la información que señala que el cuerpo de Hernández apareció con varios impactos de arma de fuego. El uniformado que llevaba más de 20 años de servicio en la institución policial, en el momento de su desaparición tenía permiso para ir por unos días a visitar a su padre en Venezuela.
Asimismo, la información señala que Hernández, antes de emprender el viaje a donde sus familiares, tenía su puesto de trabajo en el CAI del barrio Mutis de la ciudad de Bucaramanga. Algunos días anteriores, el policía había viajado hasta el municipio de San Gil para visitar a su madre y tras haber recibido de que su periodo de vacaciones fue aprobado, eligió coger rumbo para visitar a su padre en el vecino país, según relataron algunos de sus familiares a medios de comunicación regionales.
Al parecer, todo indica que el uniformado en el momento en que lo secuestran se encontraba viajando en una motocicleta, hasta que hombres armados de grupos al margen de la ley lo obligaron a subirse en un camión y lo raptaron hacia un rumbo desconocido.